Por Augusto Zamora R.
Hay no pocas —rectificamos: hay una gran cantidad— de noticias relevantes que no salen en los medios de comunicación dizque democráticos del Accidente atlantista. Son omitidas adrede pues, si se divulgaran, desmentirían, arruinarían o, de cualquier forma, vendrían a contradecir el discurso oficial convertido en verdad dogmática, dentro del lavado general de cocos que se viene produciendo con intensidad creciente en ese mundillo en declive. Aquí les dejaremos unas cuantas, para que palinuros y atlántidas vean la de cosas que están pasando en este mundo ya multipolar, indicativas de los cambios profundos e irreversibles que vivimos.
Hace pocos días, Arabia Saudita (la más fiel aliada de EEUU y promotora, con ellos, del reconocimiento de Israel a través de los mal llamados Acuerdos de Abraham) firmó con Paquistán un tratado de defensa mutua, en virtud del cual un ataque contra uno de ellos equivaldría a un ataque al otro. Podría ser una noticia más, pero todo indica que la firma del acuerdo se vio apresurada por la agresión sionista contra Qatar, apoyada por EEUU. Dicha agresión fue posible porque EEUU desactivó los sistemas antiaéreos qataríes —todos made in USA—, de manera que los cielos qataríes quedaron sin protección. El insólito hecho hizo ver a los poseedores árabes de sistemas antiaéreos estado-unidenses que, en la realidad, esos sistemas no están bajo su control soberano, sino bajo control directo de EEUU. De esa guisa, si Israel quiere atacar a cualquier país arábigo, tiene vía libre, por más sistemas gringos que posean. El mando lo tiene EEUU, no los gobiernos árabes.
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Este hecho puede haber decidido al gobierno saudita a colocarse bajo la protección del paraguas nuclear paquistaní, dado que Israel posee armas nucleares y ellos no. Sería una primera consecuencia del ataque sionista contra Qatar. Podrían darse otras andando el tiempo. Esta de ahora no es menor y ha revolucionado la cosa política y militar entre los países musulmanes de la región. La cadena informativa qatarí Al Jazeera avisa que otros países podrían seguir el ejemplo saudita, dado que la credibilidad de EEUU ha disminuido bastantes grados.
Rusia, hace pocos días, informó de la creación del Corredor de Transporte Transártico, que, según palabras del presidente Vladimir Putin, es un “megaproyecto estratégico” que pretende transformar la Ruta Marítima del Norte —la vía navegable que serpentea la costa ártica rusa— en el eje central de una red logística multimodal de alcance global. El Corredor Transártico se concibe como una columna vertebral que se extiende desde San Petersburgo, pasando por Múrmansk y Arjángelsk, hasta Vladivostok.
Putin subrayó que “no se trata sólo de una ruta marítima, sino de un sistema integral diseñado para combinar de forma eficiente el transporte acuático, ferroviario y por carretera, posicionándose como una alternativa más corta, segura y económicamente viable a las rutas tradicionales”. Vaya, que Rusia aspira a revolucionar el comercio mundial, sustituyendo las largas y costosas rutas marítimas del sur oceánico por una ruta transártica que, además de ser más corta, rápida y barata, evitaría las zonas conflictivas de Oriente Medio y Próximo y, ojo, “sacaría” del control de EEUU y sus aliados, buena parte del comercio global.
Para hacerla realidad, Rusia está construyendo la flota de rompehielos nucleares más potentes y única del mundo, y creando una densa red de comunicaciones para unir Siberia a la ruta transártica. Tomando en cuenta que casi el 80% del comercio mundial gira en torno al Sudeste Asiático y el Índico, la ruta del norte es insuperable y, repetimos, quedaría fuera de la ‘protección’ de la Armada de EEUU. Es decir, será una ruta comercial exclusivamente rusa y bajo las leyes de Rusia.
La guerra comercial —estúpida donde las haya— de EEUU contra India, para que rompiera acuerdos vitales con Rusia, ha logrado lo contrario. India seguirá comprando petróleo y gas rusos, pero, tanto o más importante, suscribirá acuerdos militares de gran calado, entre ellos la compra de cazabombarderos rusos Su-57, sistemas antimisiles S-400 y una larga lista de proyectos conjuntos.
Que la cosa va en serio parece indicarlo que Putin y Modi hablaron por teléfono hace pocos días, después de haberse reunido en secreto durante la cumbre de la OCS en China. Para algún despistado que no sepa del tema, le recordamos que, dentro de la estrategia del Indo-Pacífico de EEUU, India ocupa el lugar central, pues no hay otro país más poderoso en esa región, exceptuando a China y Rusia. Es decir, que nos encontramos, por un lado, a Rusia, India y China de socios y/o aliados y, por otro, a EEUU, con Japón y Filipinas de colegas (Corea del Sur no juega, pues ellos tendrían que ocuparse intensamente de Corea del Norte, que es una potencia nuclear, conviene no olvidarlo).
Hablando como tahúres, dada la asimetría de fuerzas entre los dos grupos en presencia, no hay color en ese juego para EEUU.
Hablemos del genocidio en Gaza. Tras tres años acumulando crímenes brutales contra la población palestina, el régimen sionista ha demostrado —además de su vocación asesina y genocida—, su incapacidad para acabar con Hamás y con los combatientes palestinos. Si uno considera que Gaza tiene 250 kilómetros cuadrados y que no hay nadie apoyándolos de casi ninguna forma, debe admitirse la asombrosa capacidad de resistencia de los combatientes palestinos, que están escribiendo con sangre una de las páginas más grandes de resistencia popular.
Esa resistencia trae a la memoria la guerra de independencia de Argelia (1954-1962), que costó entre uno y dos millones de muertos sobre una población de ocho millones. Dos millones de argelinos fueron enviados a campos de concentración. La guerra fue brutal e implacable, pero, al final, los colonialistas franceses fueron derrotados y Argelia proclamó su independencia.
El sistema del apartheid, en Sudáfrica, fue impuesto oficialmente en 1948 y se prolongó hasta 1994. En el camino quedaron centenares de miles de muertos, encarcelados, torturados, asesinados y perseguidos. El Congreso Nacional Africano fue calificado por EEUU y Occidente como movimiento terrorista (también lo fue la OLP). En junio de 1976, una protesta estudiantil en Soweto fue masacrada por la policía. 176 estudiantes fueron muertos. Nelson Mandela sufrió 27 años de cárcel. Fue liberado en 1990 y, en 1994, resultó electo presidente de Sudáfrica. La resistencia popular sudafricana y la movilización mundial terminaron enterrando el apartheid. Hoy, en Sudáfrica, el día de la masacre de junio se conmemora como el Día de la Juventud.
Vincit Qui Patitur, se decía en la vieja Roma. Esta frase se puede traducir de muchas formas, pero su significado es que vence quien persevera; vence quien es capaz de sobreponerse a la adversidad. De ahí nuestra convicción profunda de que, finalmente, como ocurrió en Argelia, Palestina terminará venciendo y el Estado sionista seguirá la misma suerte que el régimen del apartheid. Será derrotado y desaparecerá.
Con Palestina siempre, del río al mar.
Esta entrada fue modificada por última vez el 19 de septiembre de 2025 a las 9:50 PM