Stephen Sefton, 9 de noviembre 2025
La cuarta Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños con la Unión Europea toma lugar este 9 de 10 de noviembre en Santa Marta, Colombia en paralelo a la 30 Conferencia de Partes sobre el Cambio Climático en Belem, Brasil, que inició el 6 de noviembre y termina el 21 de este mismo mes. La cumbre CELAC-UE viene pocos meses después del Foro China-CELAC y resalta cómo la CELAC ahora es mucho más importante para la región que la decrépita Organización de Estados Americanos. De hecho, se ha cancelado la Cumbre de las Américas, en efecto patrocinado por la OEA, programada para inicios del próximo mes de diciembre en República Dominicana.
La CELAC, a pesar de sus diversas contradicciones, ha demostrado ser una organización capaz de superar sus diferencias internas para promover los intereses de sus países de una manera consolidada. Aun con toda la presión norteamericana para socavar el legado del Comandante Fidel y del Comandante Chávez no se ha logrado destruir su visión de la integración de América Latina y el Caribe heredado de Bolívar, Martí y Sandino y tantos otros próceres de la Patria Grande. Una clara señal de esta realidad ha sido la decisión por la presidenta Claudia Sheinbaum de México y el presidente Gustavo Petro de Colombia de no participar en la Cumbre de las Américas en rechazo a la exclusión arbitraria de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Así que, ya no se permite al gobierno norteamericano dictar los términos de las convocatorias regionales. La realidad fundamental es que aun las reaccionarias fuerzas políticas aliadas del gobierno norteamericano reconocen que sus intereses económicos de mediano y largo plazo requieren una gira hacia la región eurasiática. En este momento, aparte de Cuba, Colombia, Honduras, México, Nicaragua y Venezuela, algunas islas naciones del Caribe y hasta cierto punto Brasil, todos los gobiernos de la región colaboran políticamente con el gobierno norteamericano. Pero todos estos gobiernos participaban plenamente en al Foro China-CELAC en mayo de este año y una mayoría dentro de la CELAC rechazan la agresión militar norteamericana contra Venezuela.
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La participación en la Cumbre CELAC-UE no va a ser tan completa come en la tercera cumbre de 2023, ya que no va a contar con la presencia de varios dirigentes de la región como las y los presidentes de Argentina, Chile, México, Perú y Uruguay. Tampoco van a participar las y los dirigentes de Alemania, Francia e Italia ni la presidenta de la Comisión Europea. El presidente Gustavo Petro, presidente pro-tempore de la CELAC ha sugerido que el gobierno norteamericana quiere ver el evento fracasar. Sin embargo, la Cumbre contará con la presencia de representantes de alto nivel de más de 40 países de la región y de la Unión Europea, incluyendo presidente Lula da Silva de Brasil y el presidente Pedro Sánchez de España.
El fracaso de la Cumbre de las Américas y el éxito de la Cumbre CELAC-UE, con una participación tan amplia simboliza la capacidad de la región de mantener una posición independiente aun ante el dramático cambio en los patrones del poder de las relaciones internacionales. Para Europa se trata de una oportunidad clave para gestionar acuerdos ventajosos en un momento de inflexión cuando ya se ha iniciado un período de relativo declive de su poder económico y político-militar. Para las élites norteamericanas, la Cumbre CELAC-UE, igual que la anterior Foro China-CELAC señala los límites de su poder e influencia en la región ante la implacable lógica del desarrollo económico y financiero de la región eurasiática, por encima de todo, de China.
Aunque para Europa el relativo declive de su poder político-militar y económica en el mundo es más avanzada, la sociedad norteamericana y su economía muestran indicios de un declive lo cual puede acelerar rápidamente en cualquier momento. Durante décadas, el desafortunado y contraproducente sistema político estadounidense ha profundizado las fisuras y divisiones sociales y políticas mientras el extremo fanatismo del presidente Donald Trump y su equipo ha adelantado la inminencia de otro debacle económico. El consenso general es que la mayoría de la economía norteamericana está en recesión. Solo el sector de alta tecnología mantiene la ilusión de crecimiento y ese sector espera el inevitable fracaso de su apuesta fabulosamente imprudente en grandes modelos lingüísticos de la Inteligencia Artificial cuando en realidad, para lograr una Inteligencia Artificial genuina, son un callejón sin salida. Nunca entregarán los resultados que se prometen.
Entonces, se espera un colapso bursátil de esta nueva enorme burbuja especulativa, probablemente seguido por otro episodio de rescate a costa del sector público igual o peor de lo que pasó luego del colapso financiero de 2008-2009 o entre 2020 y 2022 durante la pandemia del Covid-19. Hace poco, el Congreso norteamericano ratificó una ley que implementa US$4.5 millones de millones en recortes de impuestos principalmetne en beneficio de la élite empresarial. Para los próximos diez años la Ley reduce el programa de ayuda Medicaid de manera gradual en US$935 mil millones y el programa de ayuda alimentaria para familias de bajos ingresos por US$285 mil millones. De hecho, con la reciente cierres del gobierno resultado de un pleito legislativo, 42 millones de familias empobrecidas queden sin esa imprescindible ayuda alimentaria.
Es precisamente esta cultura de socialismo para los ricos y austeridad para las y los demás personas de la población que impulsó la victoria electoral la semana pasada de Zohran Mamdani en la elección para alcalde de Nueva York. Su victoria electoral fue el mayor de una serie de derrotas electorales sufridas por aliados del presidente Donald Trump. Pero, igual que en el caso de la elección en 2008 del presidente gato-por-liebre Barack Obama, sería ilusorio pensar que este resultado en Nueva York indica un posible cambio radical en las estructuras del poder en la sociedad y la economía norteamericana o las políticas que se implementen.
Con un perfíl mediático de ser un progresista radical, Zohran Mamdani, de 34 años ganó de manera convincente con promesas de cuido preescolar universal y mayor control popular de los servicios municipales. Sin embargo la principal fuerzaeconómica que apoyaba su campaña electoral fue el financiamiento de parte del siniestro magnate George Soros, maestro de las revoluciones de colores alrededor del mundo. Las organizaciones de George Soros canalizaron US$27 millones para la campaña de Mamdani por medio de una compleja red de ONGs que se dedicaban a hacer campaña electoral, operando como organizaciones políticos en clara violación de su estatus sin fines de lucro. Así que, como ha comentado el compañero Fabrizio Casari, “No es alternativo al sistema: forma parte de él.”
Queda a ver si Mamdani y la ala supuestamente progresista que él representa dentro del Partido Demócrata cumplirá con sus promesas electorales. La crisis de la desigualdad en la sociedad norteamericana ha llegado a extremos agudos. La gran mayoría de las familias luchan para cubrir sus costos básicos, de alquiler o pago de hipoteca, de energía eléctrica, calefacción y agua, de cuido de las y los niños, o incluso de la alimentación. Alrededor de 60% de los hogares norteamericanas viven de mes a mes sin tener ahorros para emergencias familiares. El dysfuncional sistema norteamericana de salud prioriza las ganancias de las grandes empresas médicas, farmaceúticas y de seguros, en vez de la salud de las familias.
Una situación parecida prevalece en Europa donde la mayoría de las familias encuentran cada vez mayor dificultad para cubrir los altos costos de la vida ante niveles inadecuadas de remuneración y constantes recortes en los servicios públicos. La astuta propaganda de Zohran Mamdani apeló a la desesperación de una mayoría del electorado en Nueva York ante su situación económica. Lo mismo ocurre en el caso de las y los políticos y sus movimientos que pretenden dar respuesta al descontento socio-económico de grandes sectores de las poblaciones de los países de la Unión Europa. Igual que en EE.UU. el conflicto político es agudo entre la clase política establecida y sus rivales. En ambos casos los poderes fácticos abusan de su control de sistema judicial para sabotear a las campañas de sus contrincantes y si fuera posible excluirlos completamente de las contiendas electorales, como en el caso del partido AfD en Alemania y de Marie LePen en Francia.
Por supuesto, estos síntomas de descontento y angustia socioeconómica reflejan la incapacidad de las élites gobernantes del Occidente colectivo de poder responder a las necesidades y aspiraciones de sus poblaciones. Pero reflejan también factores todavía más fundamentales para un sano desarrollo económico, tecnológico y cultural de sus pueblos. Se trata especialmente de la falta de una planificación rigurosa y democrática capaz de responder de manera eficaz a los futuros desafíos y la capacidad de efectuar esa planificación de una manera práctica y eficiente. El contraste es demoledor entre las dementes suposiciones falsas de las élites gobernantes occidentales y la incuestionable seriedad y lógica del Partido Comunista China, de la clase gobernante de la Federación Rusa o de nuestros gobiernos revolucionarios en Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Solo para tomar el ejemplo de la tecnología energética, se da cuenta de una diferencia calitativa entre la capacidad tecnológica disponible para el desarrollo de los pueblos de Eurasia y su equivalente en los países occidentales. China ha sido por mucho el país más exitoso en el desarrollo y despliegue de las fuentes de energía renovables y el desarrollo de vehículos eléctricos. Los recientes avances en Rusia para el desarrollo de reactores nucleares miniaturas de gran potencia y los avances de China en el desarrollo de reactores de torio dejan muy por atrás a las industrias homólogas occidentales. Es cierto que hay cierta nivel de inversión en esta tecnología de la energía nuclear a base del torio por empresas norteamericanas, pero es innegable que China y Rusia lideran el mundo en las tecnologías nucleares más avanzadas y prometedoras.
En cierto sentido la cancelación de la Cumbre de las Américas en República Dominicana, el gran éxito del Foro China-Celac y la realización exitosa de la Cumbre CELAC-UE simbolizan la nueva realidad mundial. Las élites norteamericanas ya no pueden imponer sus criterios sobre la actividad diplomática regional en América Latina y el Caribe. Aunque las iniciativas de cooperación promovidos por la República Popular China son más ambiciosas que el Portal Global de Inversión propuesta por la Union Europea, ambos indican la seriedad de China y Europa en su reconocimiento a América Latina y el Caribe como un conjunto de países independientes con un aporte indispensable a la economía mundial. La diferencia es que China representa un salto hacia el futuro mientras la clase gobernante de la Unión Europea, junto con sus amos norteamericanos, quieren mantener un estatus quo que ya pasó.
Como comentó nuestro Comandante Daniel en el 46 Aniversario de nuestro Ministerio del Interior, “…estamos viviendo una etapa en la que ya ese enemigo, por mucha Potencia Militar que tenga, por mucha Potencia Económica que tenga, se ha ido debilitando, se ha ido desacreditando, se ha ido desgastando. Mientras tanto, han venido creciendo otras Fuerzas, y entre estas Fuerzas destaca la República Popular China… Rusia… Y a esto se agregan Países en vías de desarrollo, otros Países desarrollados, que vienen a conformar ya un frente de lucha que plantea, con toda claridad, que otro Mundo es posible, y no solamente lo plantea, sino que se está construyendo, se está conformando un Nuevo Mundo, con Países que buscan la Paz, buscan el Bienestar de los Pueblos.”
Esta entrada fue modificada por última vez el 9 de noviembre de 2025 a las 5:32 PM


