¡Basta ya! Nicaragua denuncia el exterminio del pueblo palestino, por parte de Israel

Imagen Cortesía / Portada de Stalin Magazine

Por: Stalin V 

El régimen sionista de ocupación, dirigido por el genocida Benjamín Netanyahu, aprobó recientemente la ocupación militar total de la Franja de Gaza. Esta decisión, tomada por su gabinete de guerra y difundida con cinismo al mundo, busca consolidar el exterminio de más de dos millones de palestinos que sobreviven bajo ruinas, hambre y metralla.

Desde octubre de 2023, Israel ha ejecutado una ofensiva brutal que ya suma más de 35 mil palestinos asesinados, entre ellos 16 mil niños. Gaza se encuentra bajo bloqueo total desde marzo de este año, sin acceso a ayuda humanitaria, medicinas ni alimentos. Las bombas no distinguen hospitales ni escuelas; el 70% de las víctimas son mujeres y menores. Es el rostro puro del genocidio, avalado por el silencio de la comunidad internacional.

El 6 de mayo, la Copresidenta, compañera Rosario Murillo, y el Copresidente Comandante Daniel Ortega, en nombre del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de Nicaragua, denunciaron con firmeza los crímenes de Israel y exigieron acciones concretas a la comunidad internacional. “Israel ha declarado su intención de expulsar a todo el Pueblo Palestino de Gaza. Eso se llama genocidio, y no puede permitirse”, reza el comunicado oficial, publicado desde Managua.

Nicaragua advirtió también que los Estados que siguen armando, financiando y respaldando política y mediáticamente al régimen sionista están violando abiertamente el Derecho Internacional Humanitario, y recordó que la Corte Internacional de Justicia, tanto en 2004 como en 2024, ha establecido las responsabilidades legales de quienes se asocian con crímenes de guerra.

La ocupación militar israelí sobre Palestina no es un conflicto reciente. Es la consecuencia directa de décadas de despojo sistemático, limpieza étnica, colonización y apartheid. Desde 1948, cuando se impuso por la fuerza el Estado de Israel en territorios históricos palestinos, el sionismo ha basado su existencia en la negación total del derecho del pueblo palestino a existir, a retornar y a resistir. La Franja de Gaza, en particular, ha sido convertida en una prisión a cielo abierto, bombardeada y bloqueada una y otra vez, con el pretexto de combatir al terrorismo, pero en realidad apuntando a erradicar toda forma de vida palestina.

La burla de Netanyahu a la justicia internacional ha quedado en evidencia. La Corte Penal Internacional, desde hace meses, emitió una orden de captura en su contra y contra su exministro de Defensa por crímenes de guerra, pero el genocida no solo la ha ignorado, sino que ha hecho alarde de su impunidad. Viaja por el mundo como si nada, protegido por el blindaje del imperio, y una prueba de ello fue su reciente reunión en Estados Unidos con el actual presidente Donald Trump, en la que fue recibido con honores y respaldo político total. Esta conducta desenmascara no solo a Netanyahu, sino a quienes lo sostienen, y demuestra que, para algunos, el Derecho Internacional solo se aplica si conviene al poder occidental.

Netanyahu se atreve a ordenar esta masacre porque cuenta con el respaldo incondicional de los Estados Unidos. Sin los dólares, las armas, los escudos diplomáticos y la maquinaria propagandística del imperialismo norteamericano, Israel no podría sostener ni un día más su maquinaria de guerra. El presidente estadounidense guarda silencio, el Congreso aprueba fondos millonarios y los medios manipulan o callan. Esa complicidad hace del mundo un actor directo en este genocidio.

Un día después del primer pronunciamiento, el 7 de mayo, Nicaragua redobló su condena. En una nueva declaración oficial, el Gobierno sandinista calificó como «salvajismo fascista» la avanzada militar israelí y denunció que el régimen pretende apropiarse de toda Gaza. El comunicado refleja el profundo dolor y repudio de Nicaragua como parte de la Familia Humana y anuncia que se ha solicitado una Sesión de Emergencia en la ONU, en la Comisión de Reconocimiento y Apoyo al Pueblo Palestino, donde Nicaragua ejerce una vicepresidencia activa. Además, reiteró su exigencia de acción inmediata desde los procesos abiertos en la Corte Internacional de Justicia, en nombre de la humanidad y la dignidad universal.

Por eso, Nicaragua también hizo un llamado urgente y contundente a la comunidad internacional, no solo a condenar con palabras, sino a actuar. “Las palabras no detienen las bombas”, advirtió el Gobierno Sandinista. Se exige romper relaciones con Israel, suspender todo suministro de armas, llevar a sus líderes ante tribunales internacionales y apoyar decididamente el derecho del pueblo palestino a existir, resistir y liberarse.

La comunidad internacional no puede seguir alegando ignorancia ni neutralidad. El que calla es cómplice. El que se abstiene, también mata.

Gaza grita. Palestina resiste. Y desde Managua, la voz de Nicaragua se levanta con claridad moral, con dignidad revolucionaria y con un compromiso inquebrantable:
¡No al genocidio! ¡No al apartheid! ¡No a la impunidad de los criminales de guerra!

Esta entrada fue modificada por última vez el 8 de mayo de 2025 a las 4:00 PM