“Café de las Sonrisas”, un cautivador destino donde la discapacidad no es inutilidad

¿Has intentado comunicarte con alguien que no puede escucharte? ¿Creés que es difícil? “Café de las Sonrisas” es un destino de obligada visita en Granada donde la creatividad no tiene límites. Sus trabajadores tienen la habilidad de escuchar y entender en el silencio, hablar sin mover sus labios, deslumbrarte al atenderte y enseñarte una gran lección de vida.

Es la primera cafetería de América que rompe los esquemas y contrata a siete jóvenes con discapacidad auditiva para demostrar que son capaces trabajar y ofrecer un servicio de calidad.

El español Antonio Prieto Bruñel, propietario del café, también conocido cariñosamente como “Tío”, explica que el desempleo de las personas de discapacidad auditiva responde al miedo e ignorancia de algunas personas, pero la idea de abrir el negocio dio la oportunidad de que la gente pudiera ver que no era tan difícil.

El nombre fue fácil de escoger: los muchachos siempre sonríen, y de ahí surgió la idea de llamarle “Café de las Sonrisas”.

En este lugar las ideas crecen, los sueños se cumplen, las sonrisas se tejen y no hay ninguna barrera para el idioma.

Su fuerza de voluntad por un futuro laboral era tan incontable como las estrellas, ahora son los precursores de metas cumplidas que animan a sus semejantes a salir adelante.

Xiomara Mora, de 21 años, forma parte de este proyecto impulsado por el Centro Social Tío Antonio. Hace 5 años jamás se hubiera imaginado trabajar para un café, pues encontrar empleo con su discapacidad no era fácil. Ahora ella cocina y su sazón es aplaudida por los visitantes.

Usando el lenguaje de señas, ella agradece a Tío Antonio por la oportunidad de trabajar. Asegura que en inicio le daba pena y miedo, pero que con el tiempo ha ido adquiriendo experiencia.

La sorpresa

Llegar al café es curioso. Uno llega e inmediatamente llegan todos los meseros, y aunque ninguno escucha, después de un rato te das cuenta que no hay lenguaje más universal que una sonrisa.

Rodolfo Sánchez, de 24 años, es otro joven que se aventuró en esta intrépida experiencia. Asegura que le respetan mucho sin importar mi discapacidad, y que más bien los visitantes se sorprenden al ver que no habla ni escucha, simplemente les sonríe.

Sí, fácil comunicación

El menú es interactivo ya que está elaborado con pictogramas para facilitar el lenguaje. En la pared al lado de las mesas está plasmado el alfabeto de señas que permite a la clientela decir las gracias, pedir la cuenta, Agua y otras palabras.

Los clientes se llevan un recuerdo imborrable, una grata e inusual vivencia, además de auto desafiarse a aprender el lenguaje de señas al momento de pedir algún platillo o bebida del menú.

Exportando inspiración

La experiencia es única, alentadora e inspiradora. Tanto que ha despertado el emprendimiento en tres proyectos similares alrededor del mundo.

De acuerdo a Tío Antonio, una joven después de visitarles, decidió abrir un negocio similar en Yakarta, Indonesia, a 18,447 kilómetros de Granada. Otro de los negocios inspirados por el proyecto nicaragüenses es un restaurante en Buenos Aires, Argentina, al que hay que sumar también Gato Sordo, que acaba de abrir en Morelia, México.

La hamaca interminable

Este es solo uno de los proyectos que promueve el “Tío” para heredar a la siguiente generación un mundo mejor, y consiste en amar al medioambiente reciclando el plástico, que luego es utilizado en la elaboración de la hamaca interminable.

Uno de sus logros más ambiciosos fue entregar una hamaca para el Papa Francisco en el año 2013, elaborada por un joven no vidente.

En el taller de las hamacas trabajan 12 jóvenes entre sordos y no videntes. Son especialistas en el tejido y combinación de colores, además elaboraron uno de los atractivos más gustados por los visitantes: la Hamaca Más Grande, tiene 8 metros de largo por 4 de ancho y se han llegado a sentar 36 personas al mismo tiempo en ella.

Los baños más fotografiados

Es tan divertido entrar a los baños, la primera impresión es “¡Qué es esto!”. A la mayoría de los turistas se les olvida que van a hacer sus necesidades y comienzan con la sesión de fotos junto a los más de 300 rollos de papel higiénico.

Todo surgió cuando una turista dijo “no hay papel”. El Tío y su gran imaginación sacó partido del problema por una divertida solución, que ha convertido a los baños en los más fotografiados de Nicaragua y posiblemente del mundo.

Salud y ejercicio

No sólo reciclan plástico, también compran las bicicletas usadas y licuadoras que ya no funcionan para crear un innovador sistema que tiene como fin que el visitante queme las calorías de su café, licuando en la bicicleta, la fruta de su próxima bebida natural, promoviendo de esta manera hábitos saludables.

El Café de las Sonrisas abrió en el año 2012, y ha sido visitado por turistas de 78 nacionalidades. Emplea a 19 personas y está ubicado en la Calle Xalteva, de la Iglesia La Merced 50 metros al este.

Fuente: El 19 Digital

Esta entrada fue modificada por última vez el 2 de abril de 2017 a las 10:54 AM