POR: STALIN V.
El 6 de diciembre de 2025 se cumplieron 27 años de la contundente victoria del Comandante Hugo Chávez, un triunfo que abrió una etapa política nueva en Venezuela.
La victoria de Chávez en 1998 rompió la continuidad de un sistema que había dejado fuera a los sectores populares y que ya no lograba responder a las demandas de un país agotado por décadas de desigualdad.
Aquel triunfo fue leído como un giro profundo porque puso en el centro a quienes nunca habían sido protagonistas, abriendo así una expectativa que se extendió más allá de las fronteras venezolanas.
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La llegada del Comandante Chávez ocurrió después de años de un país reventado por los conflictos sociales y por el desgaste del viejo bipartidismo. Venezuela había atravesado crisis económicas, ajustes severos, represión y un desencanto que se acumuló desde el Caracazo de 1989. Esa experiencia quedó grabada en amplios sectores que vieron en la candidatura del comandante una posibilidad distinta después de que él mismo, en 1992, se hiciera visible con un mensaje que prometía retomar una agenda nacional traicionada desde hacía décadas, fue entonces que su elección se convirtió en un momento decisivo porque abrió el camino para una refundación política.
La Revolución Bolivariana nació en ese sentido y planteó un proyecto que buscaba reorganizar el Estado desde la base popular, la convocatoria a la Asamblea Constituyente marcó el ritmo inicial de una transformación que redefinió el papel del ciudadano común y dio forma a una Constitución que llevó el nombre de República Bolivariana de Venezuela, desde ese momento el país comenzó a vivir un cambio en la distribución del poder y en la inclusión de quienes históricamente habían sido relegados de la toma de decisiones, y el modelo pasó de oligárquico a un sistema socialista y solidario.
En los primeros años se trabajó en ampliar el acceso a la salud, la educación, la vivienda y la participación comunitaria, es por eso que muchos sectores que habían permanecido invisibles comenzaron a ser atendidos por programas sociales y por una institucionalidad que les reconoció un lugar propio. La política social se volvió una expresión del nuevo rumbo y reconfiguró la relación entre el Estado y la ciudadanía, ese giro se convirtió en uno de los sellos más visibles del proceso.
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El socialismo del siglo XXI, conceptualizado desde la experiencia venezolana, buscó integrar los avances populares con la defensa de la soberanía nacional, en ese contexto surgió un modelo que enfrentó la influencia histórica de Estados Unidos en la región y que planteó una ruta independiente para los países que querían construir proyectos propios.
La postura venezolana generó apoyos en otros territorios donde se vivían conflictos similares y donde existía la necesidad de abrir alternativas a los modelos tradicionales.
La hermandad bolivariana de estas ideas alcanzó a países amigos como Cuba, Nicaragua y Bolivia que encontraron en la Revolución de Chávez a un aliado y a un hermano para consolidar agendas nacionales centradas en la soberanía y en la identidad latinoamericana. La relación entre estos gobiernos fortaleció espacios de cooperación que no habían tenido la misma solidez en décadas anteriores, por lo tanto se abrió un ciclo político en el que la integración regional adquirió un tono distinto y proyectó una narrativa latinoamericanista que retomaba las aspiraciones históricas de unión entre los pueblos.
El liderazgo de Chávez se convirtió en un referente para sectores populares que habían vivido años de exclusión. Esa conexión se expresó en movilizaciones, en la organización de los barrios y en una visión política que poco a poco fue creciendo en las comunidades.
Para muchos venezolanos fue la primera vez que sentían que sus necesidades y su voz estaban siendo consideradas y que el país avanzaba hacia un modelo en el que la justicia social tenía un lugar central dentro de la estructura institucional.
En paralelo, la Revolución Bolivariana impulsó una política exterior que promovió la CELAC y el ALBA-TCP como espacios capaces de dialogar en condiciones más equilibradas frente a los centros tradicionales de poder. Esto permitió construir mecanismos de cooperación entre países en áreas energéticas, educativas, culturales y económicas, estas acciones tuvieron un impacto en la forma en que varios gobiernos de la región comenzaron a plantear su inserción en el escenario internacional.
A lo largo de estos 27 años, la Revolución Bolivariana ha enfrentado desafíos económicos, políticos y externos que han puesto a prueba su continuidad. Sin embargo, la estructura social construida desde 1999 mantiene vigencia en diversos espacios de la vida venezolana, las comunidades organizadas, los sistemas de participación y la identidad bolivariana siguen presentes como elementos que sostienen la esencia del proyecto iniciado aquel diciembre de 1998 y que continúan influyendo en la vida pública del país.
El aniversario de este año ofrece un momento para observar el recorrido histórico de una revolución que modificó el mapa político de América Latina. Su influencia traspasó fronteras y abrió una etapa que integró luchas sociales, defensa soberana y nuevas formas de participación popular, los 27 años de este proceso muestran que aquel triunfo electoral abrió el inicio de una transformación profunda cuyas consecuencias siguen proyectándose positivamente en nuestra región.
Tras el fallecimiento del Comandante Hugo Chávez en 2013, el Compañero Nicolás Maduro asumió la presidencia como su hijo político y después ganó las elecciones para continuar el proyecto bolivariano. Desde entonces ha sostenido una política dirigida a los sectores populares y a la defensa de la soberanía nacional, pero ahora en un escenario en el que Venezuela enfrenta agresiones directas desde el Caribe. La patria de Chávez vive hoy bajo el acecho del poder militar imperial, que mantiene despliegue y asedios que Caracas identifica como una amenaza de invasión y un intento de robo de sus recursos. Maduro, abrazado a su pueblo, sostiene una estrategia que combina el llamado al diálogo con la preparación militar para un conflicto si fuese necesario.
El gobierno afirma que esta postura es la única forma de garantizar la paz interna, la integridad territorial y la continuidad del proyecto iniciado hace 27 años.
Esta entrada fue modificada por última vez el 8 de diciembre de 2025 a las 5:25 PM



