David Contra Goliat: La Revolución Sandinista ayer y hoy

Foto cortesía / Dios nos habla en la historia, en la historia de la pequeña y heroica Nicaragua. Su revolución sandinista venció al imperio.

Del Blog, Editorial Nueva Utopía

Benjamín Forcano

Dios nos habla en la historia, en la historia de la pequeña y heroica Nicaragua. Su revolución sandinista venció al imperio más grande de la Tierra. Pasando fueron los años y el imperio, con todo su poderío, trató de apagar la luz fulgurante de esa estrella sandinista. Y no dudó en hacerlo mostrando horripilante la figura de  Daniel Ortega, echándole encima todas las vilezas, fraudes y represiones imaginables, simplemente por seguir manteniendo  invicta la esencia antiimperialista de la Revolución sandinista. Es su delito. ¡Imperdonable !

Augusto César Sandino,

                                   general ayer y hoy,

                                    no te quites el sombrero

                                    que aún aprieta mucho el sol.

 

                                    Yo vengo de tus segovias

                                     y he sentido la agresión

                                     degollando hasta los niños,

                          y era el mismo el agresor,

                                     ¡el mismo ayer y hoy!

 

                         Pero era también el mismo,

                         mi general, el valor

                                     en esos cachorros sueltos

                                    que han nacido de tu voz.

                                   

                                   Tu estrella hacía la posta

                         en cada ocote avizor,

                                    y de todas las montañas

                                  bajaba revolución,

                            Patria y Continente adentro:

                            la de ayer…, sólo que hoy

                            será de una vez por todas,

                            mi general, ¡vive Dios!

 

                                                                  (Pedro Casaldáliga)

 

            El relato que sigue es un grito a la conciencia pública. La revolución sandinista, que fue la más original y pura de la historia y que admiró al mundo entero, tuvo un enemigo –primordial e impenitente hasta hoy- que quiso aplastarla, escondiendo su perversos  propósitos.

                                    Doctora insuperable en estos asuntos,

                                   la paranoia imperialista de Estados

                                   Unidos  logró con su omnipotente

                                   cadena mediática  presentar a

                                   Daniel Ortega como cruel represor, 

                                   consumado tirano, superior incluso a Somoza.

 

            Daniel precisamente, porque era gobernante legítimo, sandinista por cierto, pese a sus fallos y errores y nadie como él, desde su elección democrática, ha logrado  denunciar, desenmascarar,  frustrar e impedir la  vuelta a Nicaragua del arrogante y cínico  imperialismo yanqui.

            El artículo  es , ciertamente, un  grito para cuantos ignorante o cándidamente siguen creyendo  que Estados Unidos no tienen otra misión que proclamar y asegurar la soberanía nacional y la democracia de los pueblos, los derechos humanos, la libertad, el bienestar y el mayor progreso de todos.

  1. Comienzo y perduración -1927-2021-de la revolución sandinista

            El marco del tiempo abarca en Nicaragua una misma historia, que comienza en 1927, llega victoriosa a Managua en 1979 y se la quiso enterrar en el 2018. Pero la historia está hecha y en toda ella, palmo a palmo, aparece “el mismo agresor del Norte, el mismo ayer y hoy”.

            Quien no haya seguido la historia de la evolución sandinista, puede que admita el relato que, en días consecutivos ( 7 y 10 de junio) publicaba el periódico  El País: ”Elecciones en Nicaragua, un abismo que se ensancha”, por Sergio Ramírez y “ Ortega ahonda la represión en Nicaragua al detener  a varios líderes opositores”, por C. Salinas Maldonado.  

          Relatos que, como caídos del cielo, los acoge la mayoría sin pestañear y confirma a sus dueños que las batallas de la verdad se ganan desde el poder y no desde la razón.

          Es preciso, por tanto, un primer paso que asegure claridad: la revolución sandinista triunfó y quedó arraigada, según la Constitución Nicaragüense en forma de Estado y Gobiernos democráticos. El sandinismo, avanza sobre un pasado heroico y glorioso, pero el enemigo al que venció, no pereció ni dejó de agredir, ni dejará de hacerlo en el futuro.

            Desde una exigencia ética, nadie debiera excusarse en el momento actual de saber que La Fundación Chamorro ha sido puesta al descubierto, con toda su carga contrarrevolucionaria, vinculada a la CIA a través de la USAID, = Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional.

            Puede que muchos ignoren esta real subordinación y crean tener razón si se guían por las ideas aparecidas en los dos artículos mencionados de El País.

            Deliberadamente, los autores de esos artículos callan toda alusión a la intromisión permanente de la política estadounidense en la Nicaragua sandinista y realzan como intolerable la represión del tirano Ortega, quien hábilmente estaría preparando las nuevas elecciones de noviembre, para vencer y continuar en el poder. 

            Por otra parte, – y por eso volvió a ganar las elecciones Ortega- se silencia que las políticas del gobierno de Violeta Chamorro (1990-1997) llevaron a un aumento vertiginoso de la pobreza y desigualdad en Nicaragua, a pesar de la asistencia económica masiva de Estados Unidos.           

  1. Conexión y dependencia de la Fundación Chamorro con la política imperialista estadounidense.

             Nunca la Fundación Chamorro reconoció la revolución sandinista y nunca dejó de atacarla. Todo lo cual resulta lógico,  pues  la Familia y Fundación Chamorro son el clan aristocrático  más rico de Nicaragua, sin que jamás se haya sabido el origen de sus finanzas.   

             Su conexión con la política de EE. UU. – Violeta Chamorro pudo y fue educada en EE. UU- es determinante, hasta el punto que se los considera depositarios  del somocismo, incluidos  sus  periódicos  LA  PRENSA y EL CONFIDENCIAL.

            Todo lleva a concluir que la decisión del Gobierno Sandinista de Daniel Ortega de impedirle a Cristina Chamorro presentarse como candidata a las  elecciones, por blanqueo de dinero, tiene lógico fundamento: ¿Es ella legítima candidata  opositora o  está marcada de ilegalidad por injerencia de fuerza extranjera que atenta contra la Constitución y la  Soberanía nacional de Nicaragua?

  1. La investigación aclara cómo Cristina Violeta no es candidata legal a las próximas elecciones del próximo noviembre.

            En la coyuntura actual, urge desvelar toda mentira, pues casi siempre aparecen donde menos se espera, pruebas y argumentos que revientan los intereses y propósitos  de los poderosos. 

            Tarea de investigación,, importante a este respecto, la que se impuso el periodista estadounidense Ben Norton, que forma el equipo The Gran Zone, junto con tres compañeros más.

            Su investigación es tan rigurosa que no ha dudado en hacerla pública presentándola en la Universidad Nacional Autónoma de Managua.

          Ben Norton, en su exposición, fue demostrando cómo a través de la Agencia USAID (fachada de la CIA), se han destinado decenas  y decenas de millones de dólares en campaña sucia contra el Gobierno Sandinista de Ortega, estando en el centro de esta financiación  la Fundación Chamorro. Financiación sustentada  desde 1907 y dirigida abiertamente contra el Frente Sandinista.

            Ben Norton fue mostrando fríamente cómo tal financiación no sólo era entrenada y cultivada por Estados Unidos, sino que ya en los años 80 sirvió para apoyar y armar a la CONTRA, una organización extranjera que quiso acabar con la revolución sandinista.

            En el fondo, se trataba, y se trata, de una lucha oligárquica, no contra legítimos candidatos opositores a formar  Gobierno, sino  contra la revolución sandinista y quienes osan defenderla. Una revolución, por cierto,  universalmente reconocida como la más pura e íntegra de la historia y  que acababa de una vez con el imperio de los ricos y poderosos.

  1. Los nicas tienen memoria para nunca olvidar la original novedad y victoria de la revolución sandinista

        En este sentido, creo que no hay nada tan importante en esta baraunda disolvente del Coronavirus,  como volver a recordar, para quienes no pudieron seguirla en su proceso, la eminente y  original  novedad de la Revolución Sandinista. 

            AYER, Nicaragua Sandinista venció a su primer y gran enemigo. Hubo unidad entre los nicas. Y fue soberana y libre. En la vida de cada pueblo, hay momentos que se los considera cruciales para el desarrollo de su historia. Uno de ellos en Nicaragua, es la Revolución sandinista.

            Porque tal revolución  fue obra del pueblo entero, unido, valiente, insumiso hasta el fin, contra una dictadura que duró 45 años, apoyada y bendecida por la Iglesia católica; que desalojó a las clases dominantes del poder; que supo integrar fuerzas diversas: marxismo, sandinismo, cristianismo; que fue la primera que se hizo con la Iglesia y no contra ella; y que fue la primera, como ha escrito Gunther Grass, que “aplicó políticamente el perdón del Evangelio“.

            Son dignas de recordar estas palabras del obispo Pedro Casaldáliga: “Nicaragua fue una frontera histórica, ensayó una revolución original, autóctona, latinoamericana, sandinista en este caso concreto. Una revolución antiimperial y popular, al servicio del pueblo, en las transformaciones radicales que una revolución popular exige: tierra para los campesinos, cultura, alfabetización para todos, salud, alimento, arrumbamiento de privilegios de la burguesía y la oligarquía”.

            Por su parte, J.B.Metz, autor de la Teología política, ha escrito: “Nosotros sólo tenemos experiencia de una iglesia que ha legitimado y apoyado los poderes estatales… Con Nicaragua el tiempo en el cual la iglesia legitima a los poderosos habría pasado y habría llegado la época de la liberación y de la función subversiva de la iglesia” (Metz, J.B., Servicio del Centro Ecuménico Valdivieso, entrevista  sobre la “La Iglesia en el proceso revolucionario de Nicaragua” (Managua, 1981).

  1. La revolución sandinista traspasó todas las fronteras como referente de justicia y liberación para Latinoamérica y otros pueblos

            Acaso muchos ni lo imaginan, pero esta revolución de un país tan pequeño como Nicaragua, estuvo por años en la cima de las noticias y mereció el asombro y aplauso más universal.

            En el año 1983, pude invitar para el tercer Congreso de Teología en Madrid, “Los cristianos y la Paz” al comandante Tomás Borge, con el tema “Sandinismo y Cristianismo”. Habló –ante más de 1.500 participantes-  por más de una hora. Pudimos oirle: “ Soy revolucionario de un país que está orgulloso de tener una geografía desproporcionadamente pequeña al tamaño de su poesía, de su generosidad, de su revolución”.

            Habría que recordar la vocería que se armó en buena parte de la prensa española cuando se supo esta noticia. Esa prensa venía acusando día tras día a la revolución sandinista de totalitaria y atea, siendo así, -¡oh paradoja!- que en el Gobierno sandinista, presidido por Daniel Ortega, figuraban como Ministros cuatro sacerdotes.

            Aunque largo, sería de interés para no pocos,  describir ahora el proceso que siguió Nicaragua desde que Augusto Cesar Sandino (1927) iniciará su lucha antiimperialista, proseguida luego por el FSLN (1961) con Carlos Fonseca, Silvio Mayorga y Tomás Borge y su posterior desarrollo con las dificultades, logros, contradicciones y cambios que ha experimentado hasta nuestros días.

            No lo voy a hacer, pero  es de palmaria necesidad saber que la revolución sandinista ha sido referente de justicia y liberación para otros pueblos y si por algo se caracterizó fue por su lucha antiimperialista yanqui. Y quien eso no sepa u olvide, no podrá descifrar lo que está pasando hoy en Nicaragua.  Y en otros países latinoamericanos. Estudios importantes contabilizan y analizan desde 1948 al 2017 unas cien intervenciones de Estados Unidos en países latinoamericanos para asegurar su dominación: invasiones, derrocamientos de Gobiernos, hostigamiento y supresión de sublevaciones populares, terrorismo desestabilizador, asesinato de líderes, ….. y todo ello acompañado del papel de la OEA, servil siempre a sus dictados.

  1. La revolución sandinista sigue democráticamente coherente con su pasado.

            La revolución sandinista entró triunfante en Nicaragua en julio de 1979. Y, al poco tiempo, organizó sus primeras elecciones, resultando elegido como presidente Daniel Ortega.

            Pero, pese a su sacrosanta y celebrada victoria, la política yanqui siguió actuando con odio enfurecido reclutando, entrenando y financiando  a la Contra: “Quienes luchan contra el sandinismo son defensores de la humanidad y paladines de la libertad” (Reagan).

            Y siguió también obstinada la oposición de la Iglesia con el Papa Juan Pablo II y el cardenal Obando. En el 90, los sandinistas perdieron democráticamente  las elecciones y, democráticamente en el 2007, por dos legislaturas hasta hoy, fue reelegido presidente (en la última con un 72 % de  votos) Daniel Ortega.

            El sandinista Daniel Ortega, con sus logros, sus pactos neoliberales y sus errores, siguió acentuando su independencia de Estados Unidos en política internacional y aseguraba nuevas relaciones de colaboración con Rusia, China,, Irán, Libia, Cuba, Venezuela,…..; el ejército nica dejó (tras su ultimo envió a la guerra de Irak) de participar en guerras imperiales y el presidente Daniel siguió avanzando en esta línea mediante la presidencia brillante en la Asamblea de la ONU a través de su ministro Miguel d’Escoto,…

(Por cierto, fue el ministro sandinista Miguel d´Escoto quien , en su Manifiesto por la Paz para el siglo XXI, dejó escritas y pronunció estas palabras:

                  “En nombre de mi Señor Jesús y en honor al 500 aniversario del célebre y valiente sermón de Fray Antonio de Montesinos, pronunciado el 21 de diciembre del año 1511, en Santo Domingo, hoy capital de nuestra hermana República Dominicana, que influyó en que yo, 450 años después, fuera ordenado sacerdote,   prometo que, desde este 21 de diciembre de 2011 en adelante, cada vez que me toque referirme a los Estados Unidos de Norteamérica, diré el terrorista, asesino y genocida imperio estadounidense”.

            Todo esto es de saber y sabor reciente, de consecuencias relevantes para la ciudadanía nica y no se puede eludir sin sopesar su influencia en el momento actual de Nicaragua.

            La explosión imprevista de protestas y manifestaciones en el 2018 contra el Gobierno del presidente Daniel Ortega, no se puede entender por el simple decreto de la reforma del INSS, -que en breve retiró-.

                        ¿Y por qué en la aún reciente  movida de 2018,  tan unilateralmente orquestada, no se menciona lo que costó conseguir esa soberanía, como si dicho don hubiera llovido del cielo? Más de 50.000 muertos gritan la enorme locura del enemigo, que nunca se dio por vencido ni desapareció. Cuesta entender que no lo juzguen así a quienes tocó sentirlo encima con su terror y acaso sí lo soslayen cuantos lo ignoran bobamente.

            Quien no se sepa u olvide esta engreída dominación imperialista yanqui, no podrá descifrar lo que está pasando hoy en Nicaragua. Su real política ha mostrado con hechos lo que en verdad  es.

            Y al poco tiempo de las revueltas de abril, no pocos autores en artículos rigurosamente documentados, pusieron al descubierto lo que no era ninguna temeridad suponer: que asociaciones, grupos y delegaciones de jóvenes, cuyos nombres se han mantenido ocultos, estaban asesorados, coordinados y financiados por la NED : Fundación Nacional para la Democracia, (Organización filial de la CIA) y la USAID: Agencia internacional para el Desarrollo de los Estados Unidos, (instrumento clave para la injerencia política, desestabilización y terror en los pueblos).

Esas Fundaciones y otras entidades nunca fueron  ni lo serán aliados o amigos del Sandinismo. ¿Con qué conocimiento y coherencia se puede afirmar que el Sandinismo está ahora con la “oposición”, después de habérselo arrebatado al Gobierno del presidente actual?

Pautas:


  1. Nicaragua ha demostrado quién ha sido su enemigo y sigue siéndolo, si pretende seguir una política que respete lo principios y valores de la revolución sandinista. .
    2. Si los nicas han sido capaces de vencer a su mayor enemigo y tratarlo con una magnanimidad inusitada en la historia, ¿no van a ser capaces de entenderse entre ellos pacíficamente, con el diálogo, el consenso y el pacto, con una política nueva autónoma, para lograr un progresivo nivel de mayor igualdad, justicia, solidaridad y paz?

            En el caso concreto del Presidente Daniel Ortega, habida cuenta de su trayectoria sandinista ejercida con logros y fracasos, aciertos y errores, acosado más que apoyado, ¿se puede desde una explosión imprevista, sin una negociación previa de diálogo y consenso, de análisis sereno y veraz, juzgar su gestión como dictatorial e imponerle la retirada y expulsión?

  1. Este método, para el que la ciudadanía nica demuestra estar preparada, ¿a qué propuestas de cambios y reformas y desde que instituciones u organizaciones políticas concretas, nacionales e internacionales, se vería obligada ética y cristianamente hablando?

            Es este el desafío que, desde el espíritu de la revolución sandinista, incumbe hoy a Nicaragua, frente al impenitente imperialismo de Estados Unidos.

Dios nos habla en la historia, en la historia de la pequeña y heróica Nicaragua. Su revolución sandinista venció al imperio más grande de la Tierra. Pasando fueron los años y el imperio, con todo su poderío, trató de apagar la luz fulgurante de esa estrella sandinista.Y no dudó en hacerlo  mostrando horripilante la figura de  Daniel Ortega, echándole encima todas las vilezas, fraudes y represiones imaginables,  simplemente por seguir manteniendo  invicta la esencia antiimperialista de la Revolución sandinista. Es su delito. ¡Imperdonable!