En la lucha contra el imperialismo estadounidense, Nicaragua es un modelo de soberanía

OPINIÓN / Aniversario del Triunfo de la Revolución Popular Sandinista.

Por Benjamín Norton

El imperio estadounidense invadió Nicaragua varias veces, impuso una ocupación militar colonial, patrocinó una dictadura títere, libró una guerra terrorista y financió golpes de estado violentos. Sin embargo, los sandinistas siempre han defendido la soberanía de su nación.

Estados Unidos ha intervenido militarmente en prácticamente todos los países de Latinoamérica.

La CIA ha respaldado docenas de golpes de estado contra gobiernos de izquierda que fueron elegidos democráticamente en Latinoamérica, en un intento por imponer la hegemonía imperial de EEUU en la región y servir a los intereses económicos de sus grandes empresas.

Hoy en día, cada vez más funcionarios del régimen estadounidense, especialmente aquellos de las dos administraciones de Donald Trump, han invocado la nefasta Doctrina Monroe — una política colonialista de hace 200 años — para afirmar que Latinoamérica es supuestamente el “patio trasero” de Washington, que el imperio estadounidense debe controlarla y que China y Rusia no pueden tener relaciones con los países de la región.

Dado que el régimen de EEUU viola constantemente la soberanía de los países latinoamericanos, tiene perfecto sentido que varios gobiernos de la región hayan profundizado su amistad con China y Rusia, ya que consideran que Beijing y Moscú realmente respetan su independencia y los han ayudado a desarrollarse económicamente, mientras que Washington solo ha buscado explotarlos.

La historia del imperialismo estadounidense en Nicaragua

Un caso ejemplar de los efectos devastadores del imperialismo estadounidense en Latinoamérica es Nicaragua. La nación centroamericana ha sido invadida por Estados Unidos varias veces.

El pueblo nicaragüense ha aguantado ataques implacables del imperio estadounidense, no solo durante décadas, sino durante siglos.

Centroamérica finalmente logró su independencia del colonialismo español en 1821, después de cientos de años de lucha. Sin embargo, unas pocas décadas después, el imperio estadounidense reemplazó al español. Washington intentó colonizar la región para explotar sus recursos y su ubicación geoestratégica en beneficio de los intereses empresariales de oligarcas como Cornelius Vanderbilt, quien buscaba construir un canal interoceánico a través de Nicaragua.

En 1855, un millonario mercenario estadounidense llamado William Walker invadió Nicaragua. Walker era un ferviente colonialista que creía en la doctrina genocida del “Destino Manifiesto”.

Respaldado por su ejército mercenario de los “filibusteros”, Walker se autoproclamó el supuesto “presidente” no electo de Nicaragua. Luego reinstauró la esclavitud en el territorio que controlaba mediante la violencia y la corrupción.

Centroamérica había abolido la esclavitud en 1824. Los “ilustrados” y “democráticos” Estados Unidos no la abolieron sino hasta 1865, 41 años después, tras una sangrienta guerra civil.

Muchos colonialistas estadounidenses como Walker se habían beneficiado de la esclavitud y querían expandir ese sistema bárbaro a otras partes del mundo a medida que expandían el imperio estadounidense.

Walker fue finalmente derrotado por el pueblo de Nicaragua y expulsado. Pero antes de abandonar el país, quemó la ciudad de Granada.

A pesar de la derrota de Walker, el imperio estadounidense seguía desesperado por colonizar Nicaragua. Así que en 1912, el ejército de EEUU invadió y ocupó el país, pretendiendo convertirlo en una colonia no oficial de Estados Unidos.

El pueblo nicaragüense se levantó contra el imperio estadounidense. El gran líder revolucionario Augusto César Sandino creó un ejército guerrillero para resistir la ocupación militar colonial. Lo llamó el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua (EDSN).

Sandino lideró una guerra popular contra los ocupantes estadounidenses durante varios años y finalmente los derrotó en 1933, expulsando a los colonialistas.

Sin embargo, aunque el ejército estadounidense fue derrotado, Nicaragua no pudo recuperar su soberanía, porque un año después, en 1934, Sandino fue traicionado y asesinado por un títere de EEUU, Anastasio Somoza García, jefe de la Guardia Nacional de Nicaragua, la cual había sido creada por el ejército estadounidense como herramienta del poder imperial de Washington.

Somoza fue educado en Estados Unidos y provenía de una acaudalada familia oligárquica de derecha que colaboraba con el imperio estadounidense y se beneficiaba enormemente de ello.

Somoza asumió el poder como dictador de Nicaragua. Tras su muerte a manos del revolucionario Rigoberto López Pérez en 1956, su hijo Anastasio Somoza Debayle tomó el control de la dictadura dinástica.

Los Somoza eran obedientes títeres de EEUU y explotaban brutalmente a los trabajadores nicaragüenses en beneficio de los intereses corporativos estadounidenses, aterrorizando a toda la oposición política.

En la década de 1970, el pueblo nicaragüense tomó las armas y libró una lucha revolucionaria contra la dictadura somocista.

El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) se inspiró en la guerra revolucionaria de Sandino contra la ocupación colonial estadounidense, y libró su propia guerra popular contra el régimen neocolonial títere de EEUU.

Los sandinistas derrocaron a Somoza y crearon un nuevo gobierno revolucionario de izquierda el 19 de julio de 1979. Finalmente, Nicaragua pudo restaurar su soberanía.

Pero el imperio estadounidense nunca duerme. Washington lanzó de inmediato otra guerra neocolonial contra Nicaragua.

La CIA creó escuadrones de la muerte de ultraderecha, conocidos como la “Contra” o “los Contras” (abreviatura de la contrarevolución o los contrarrevolucionarios).

Con el firme respaldo del régimen de EEUU, los terroristas de la Contra asesinaron a funcionarios del gobierno nicaragüense; sabotearon infraestructura civil; violaron, torturaron y asesinaron a civiles; e incendiaron escuelas y hospitales.

Para financiar la guerra proxy de EEUU en Nicaragua, los Contras también traficaron drogas — muchas de las cuales terminaron en los barrios pobres de EEUU, especialmente en comunidades mayoritariamente afrodescendientes, alimentando la epidemia de la droga conocida como el “crack” en los años 80.

El periodista Gary Webb expuso el papel de la CIA en este esquema de narcotráfico en su libro La alianza oscura: la CIA, los Contras y la explosión del crack. El régimen estadounidense lo atacó y destruyó su carrera. Webb murió más tarde en circunstancias muy sospechosas.

En 1984, el gobierno de Nicaragua presentó una demanda contra Estados Unidos ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), la máxima autoridad jurídica de la ONU, ubicada en La Haya.

Nicaragua ganó el caso en 1986. La Haya declaró culpable al gobierno de EEUU de cometer crímenes atroces, incluyendo bombardeos a infraestructura civil, colocación de minas en puertos civiles y otros actos de terrorismo.

La CIJ ordenó a Estados Unidos cesar estos crímenes y pagar reparaciones a Nicaragua. Washington se comportó como un estado canalla: ignoró el fallo de La Haya y continuó su guerra terrorista criminal.

Hasta el día de hoy, el régimen estadounidense se niega a pagar las reparaciones legales que debe a Nicaragua según el derecho internacional.

Un excomandante de la Contra publicó un revelador artículo en The New York Times en 1986, titulado “El terror es el arma más eficaz de los Contras nicaragüenses”. Fue escrito por Edgar Chamorro, miembro de una de las familias oligárquicas más poderosas y ricas de Nicaragua.

Chamorro admitió que había dirigido a los Contras, pero renunció porque no quería ser un “títere de la CIA”. Escribió (énfasis añadido):

Chamorro también admitió que la Contra estaba dirigida por la antigua Guardia Nacional de la brutal dictadura somocista.

Aunque Chamorro era muy anti-sandinista — recordemos que fue comandante Contra — reconoció con pesar que:

Ese artículo fue publicado en 1986, pero todo lo que dijo Chamorro sigue siendo válido hoy.

En 2018, el régimen de EEUU patrocinó otro intento de golpe de estado violento en Nicaragua — una vez más, involucrando a miembros de la dinastía oligárquica de los Chamorro.

Este golpe fue liderado por las mismas fuerzas de élite, ricas y de derecha en Nicaragua, que han estado desesperadas por derrocar a los sandinistas, revertir la revolución, privatizar los sistemas públicos y gratuitos de educación y salud, recortar los programas sociales que han ayudado a tantas familias humildes y trabajadoras y someter el país obedientemente a Washington.

China ayuda a Nicaragua a desarrollarse

Mientras que Estados Unidos ha invadido, ocupado y aterrorizado Nicaragua no solo durante décadas, sino durante siglos, China ha colaborado con el país para ayudarlo a desarrollarse económicamente.

China está ayudando a Nicaragua a construir el enorme Aeropuerto Internacional Punta Huete.

China ha enviado cientos de buses modernos para fortalecer el transporte público.

China ha ayudado a ampliar los puertos para que Nicaragua pueda incrementar su comercio y reducir su dependencia económica de EEUU.

China está apoyando en la construcción de grandes plantas solares, para aumentar la energía renovable y reducir la dependencia de las importaciones de petróleo.

China también está colaborando en la construcción de comunidades de viviendas sociales.

En julio de 2025, se inauguró la urbanización “Nuevas Victorias”, donde se construyeron 920 casas con financiamiento de China en solidaridad con el pueblo nicaragüense. En septiembre comenzará la segunda fase, con 720 viviendas más.

Estos son solo algunos ejemplos de cómo China es un socio mucho mejor para los países de Latinoamérica, ya que respeta su soberanía y les ayuda a desarrollarse según el modelo económico que ellos elijan — a diferencia del imperio estadounidense, que impone un modelo capitalista neoliberal y les niega su independencia.

El 46 aniversario de la Revolución Popular Sandinista

Los sandinistas han reconocido que, para defender la soberanía de su país, deben forjar un nuevo camino.

Nicaragua ha jugado un papel clave en la lucha por un mundo multipolar, en oposición a la hegemonía imperial de EEUU.

El 19 de julio de 2025 se celebró el 46 aniversario de la Revolución Sandinista con una gran fiesta popular en Managua.

El acto del 46 aniversario de la Revolución Popular Sandinista en Managua, Nicaragua el 19 de julio de 2025

En la ceremonia participaron representantes diplomáticos de varios países que también han librado luchas revolucionarias antiimperialistas, como China, Rusia, Palestina, Vietnam, Venezuela, Cuba, Honduras, Burkina Faso, Argelia, la RPDC y Bielorrusia.

En su discurso, la copresidenta Rosario Murillo subrayó que Nicaragua “ha luchado y vencido a los imperialistas de la tierra”, y destacó la importancia sagrada de mantener “la paz, que tanto nos cuesta, y por la que tantos centenares de miles de nicaragüense hemos dado la vida”.

Los sandinistas han librado “combate frontal contra la pobreza en todas sus formas”, declaró la Compañera Rosario. El Frente siempre busca la “dignidad, independencia, soberanía y, por supuesto, bienestar”.

En su discurso, el copresidente Daniel Ortega habló del papel de Nicaragua en la lucha internacional contra el imperialismo, y honró las revoluciones hermanas que inspiraron a los sandinistas.

Los puntos claves planteados por el Comandante Daniel fueron los siguientes:

– Nicaragua ofrece su pleno apoyo a Palestina y su férrea oposición al genocidio cometido por Estados Unidos e Israel en Gaza.

– Nicaragua apoya firmemente a Irán en su defensa contra la agresión estadounidense-israelí.

– El fascismo tiene sus raíces en el colonialismo europeo. Occidente habla de “democracia” y “derechos humanos”, pero los crímenes cometidos por los imperios europeos, como el trafico transatlántico de millones de africanos esclavizados y las atrocidades masivas del imperio francés en Argelia, fueron muy similares a los cometidos por la Alemania nazi. (El Comandante Daniel elogió la revolución argelina como inspiración para Nicaragua.)

– Haití tuvo la primera revolución victoriosa en Latinoamérica y el Caribe. Haití inspiró a Simón Bolívar y lo apoyó militarmente mientras él llevaba a cabo su propia revolución anticolonial en Sudamérica. Nicaragua se inspira en el ejemplo de Haití.

– Inmediatamente después de la derrota del colonialismo español en América Latina, el imperialismo estadounidense lo reemplazó. Estados Unidos invadió Nicaragua en varias ocasiones, y el imperialismo estadounidense sigue siendo la principal amenaza para América Latina y el mundo hoy en día.

– Nunca olvidemos los crímenes que Estados Unidos cometió en Nicaragua en la década de 1980, cuando la CIA armó y entrenó a los terroristas de extrema derecha de la Contra. El Comandante Daniel recordó que los Contras también traficaban drogas, muchas de las cuales terminaban en los barrios humildes de EEUU.

– Fueron la Unión Soviética y China quienes derrotaron al fascismo en la Segunda Guerra Mundial. Este año se conmemora el 80 aniversario de su heroica victoria sobre la Alemania nazi y el imperio fascista japonés.

– “Nosotros, entonces muchachos que andábamos ya con el Frente, nos inspirábamos en la Revolución Rusa y en la Revolución China. Todavía no habían habido otras mayores revoluciones de un impacto tan grande, tan global, como esas dos guerras donde China y Rusia derrotaron al fascismo”, dijo el Comandante Daniel. Elogió a Mao Zedong como un “gran dirigente que siempre está en nuestro pensamiento, está en nuestras ideas”.

– Hoy, la República Popular China y la Federación Rusa son amigos del Sur Global, ayudando a Nicaragua y a otros países a defender su soberanía contra el imperialismo occidental, enfatizó el Comandante Daniel.

– La Europa capitalista se está remilitarizando y aumentando masivamente su gasto militar en armas porque, junto con Estados Unidos, quiere prepararse para la guerra contra Rusia y China, argumentó.

– Naciones Unidas se han convertido en una herramienta dominada por las potencias imperialistas occidentales, y Estados Unidos utiliza su poder de veto para impedir que la ONU tome medidas significativas (como detener el genocidio en Gaza). La ONU necesita una “refundación”, enfatizó el Comandante Daniel, para “crearse otras Naciones Unidas, unas nuevas Naciones Unidas”. Recordó que el excanciller de Nicaragua, Miguel D’Escoto, presidió la Asamblea General de la ONU en 2008 e intentó reformar el organismo, pero finalmente no lo logró. Al igual que el Comandante Daniel, D’Escoto concluyó que la ONU debe ser “reinventada” para que el Sur Global (es decir, la Mayoría Global) tenga mayor representación.

El copresidente Ortega concluyó el acto advirtiendo que, aunque hoy hay paz en Nicaragua, “eso no significa que el enemigo descansa, el enemigo siempre está conspirando, siempre está tratando de provocar derramamiento de sangre, está tratando de provocar dolor en las familias nicaragüenses, porque piensan que pueden derrocar la revolución porque cuentan con el respaldo de los imperialistas de la tierra”.

https://geopoliticaeconomica.com/2025/07/25/imperialismo-eeuu-nicaragua-sandinista-modelo-soberania/

Esta entrada fue modificada por última vez el 25 de julio de 2025 a las 8:28 PM