Por Stalin Vladimir Centeno
Mucho antes del siglo I de nuestra era, ese territorio que hoy se vende como la gran Europa no tenía forma de continente ni sabía hacia dónde iba, eran varios pueblos dispersos, tribus, aldeas y reinos pequeños que vivían de la agricultura básica, salían a la caza, cuidaban el pastoreo y se abastecían con truques entre vecinos, se comportaban salvajemente, peleaban con violencia por las rutas, se enfrentaban por las cosechas, buscaban controlar las fuentes de agua y luchaban por las zonas de dominio, no existía una autoridad general ni nada que los juntara, mandaba el que podía imponerse, cada grupo ponía su ley con armas cortas y ejércitos mínimos, así funcionaba ese espacio fragmentado antes de convertirse en centro de dominio y antes de ser bautizado como Europa.
Entre el siglo I antes de Cristo y el siglo V después de Cristo entra el Imperio Romano y le cambia por completo la cara a ese mapa disperso, las legiones se meten por gran parte del territorio europeo, van tomando las ciudades, abriendo caminos para poder mover a sus tropas y sus mercancías, lo hacen armando gobiernos locales que responden directamente a Roma, les imponen impuestos a los pueblos, levantan censos para saber cuánto pueden sacar, aplican castigos cuando se rebelan y meten un sistema legal común, así va naciendo por primera vez una Europa organizada como espacio político, una estructura levantada a punta de control militar y sin decisión de los pueblos. En el siglo V después de Cristo el imperio romano se derrumba y todo vuelve a partirse, Europa se queda dividida en reinos pequeños, principados, señoríos y territorios que pasan a quedar en manos de nobles y estructuras religiosas, la población queda atada al campo y al dominio de los señores, queda obligada a pagar tributos y a meterse en guerras constantes, la producción se reduce a la pura subsistencia, las ciudades se debilitan, las rutas comerciales se vuelven peligrosas, durante varios siglos Europa vive atravesada por guerras que la desgastan, por hambrunas que la vacían y por epidemias que la diezman, sin lograr un desarrollo económico fuerte.
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Entre los siglos VIII y XV después de Cristo el continente sigue fragmentado, dominado por los reyes, ejércitos privados con su poder, y la cúpula religiosa que manipulaba el nombre de Dios, se desarrollan guerras intestinas, cruzadas, invasiones y disputas territoriales permanentes, la economía sigue siendo débil, basada en el campo, Europa no es todavía una potencia, depende de intercambios limitados y de la fuerza militar para sostener a sus gobernantes. A finales del siglo XV después de Cristo comienza el giro más grande de su historia cuando las colonias europeas cruzaron el océano, en 1492 llegan a América, violan a nuestras indígenas, se roban los tesoros de los pueblos, imponen la corona y la religión católica, y convierten el saqueo en un sistema perverso, sangriento, y después avanzan sobre África y Asia, a partir de ese momento Europa deja de crecer desde adentro y pasa a crecer aprovechándose de los robos y de la colonización, en su cruzada criminal, instala colonias, virreinatos y gobiernos subordinados que responden directamente a las capitales europeas.
Durante los siglos XVI, XVII y XVIII se organizó un sistema de saqueo sistemático, todos los barcos salían de los puertos europeos y regresaban cargados de oro, plata, azúcar, cacao, algodón, tabaco y otros productos, las colonias quedaron obligadas a producir solo para Europa, las decisiones económicas se decidieron en ciudades alejadas, y las ganancias se concentraban en los bancos y las casas comerciales europeas mientras los territorios coloniales quedaban empobrecidos. En ese mismo período se consolida el sistema de esclavitud como parte central del negocio, millones de africanos son capturados entre los siglos XVI y XIX, vendidos, transportados en condiciones brutales y obligados a trabajar en minas y plantaciones, la mano de obra esclava sostenía la producción colonial que alimentaba los mercados europeos, gran parte de la riqueza que se acumuló en Europa provino directamente de este trabajo forzado e inhumano.
Entre finales del siglo XVIII y el siglo XIX la Europa colonialista entra en la era de la industrialización, usando carbón, hierro y maquinaria se multiplican las fábricas, crecen las ciudades industriales, aumenta la producción en masa, pero ese crecimiento depende de materias primas traídas desde colonias y territorios dominados y de mercados externos obligados a comprar productos europeos, el dominio ya no solo es militar también es económico y financiero. Ya en el año 1914 estalla la Primera Guerra Mundial causada por la disputa entre imperios por territorios, mercados, rutas comerciales y poder militar, los principales países europeos se enfrentan entre sí, para lo cual movilizan millones de soldados, convierten sus fábricas en centros de producción de armas, se destruyen campos, ciudades, carreteras y las vías de trenes, al terminar la guerra en 1918 Europa queda empobrecida, endeudada y políticamente desestabilizada.
Pero los torpes europeos no aprendieron de la lección anterior y ya en 1939 se suicidan otra vez cuando comienza la Segunda Guerra Mundial, aún más destructiva, se producen bombardeos masivos sobre ciudades, exterminios, desplazamientos forzados de población, destrucción casi total de redes productivas e industriales, al finalizar en 1945 el continente queda en ruinas, sin capacidad económica suficiente y sin control político sobre el nuevo orden mundial. Europa pierde sus colonias, quedando con las manos extendidas y pidiendo financiamiento externo para reconstruirse y se agrupa en bloques económicos para proteger sus mercados y evitar nuevas guerras internas, si bien es cierto que la Europa actual vive de la industria, los servicios, la tecnología, el turismo y el comercio, es importante recordar que toda esa estructura económica y de poder, descansa sobre una riqueza acumulada durante siglos de colonización, esclavitud, saqueo de recursos y dos procesos de autodestrucción interna que definieron su historia moderna.
Esa es la misma Europa que hoy intenta arrodillar a los pueblos libres a punta de amenazas y sanciones, pero en realidad es una Europa que causa risa y lástima, ya no provoca miedo, ahora es una Europa sirvienta, monigote de Donald Trump, más ocupada en obedecer al inquilino de la Casa Blanca que en sostener su propia dignidad.
Esta entrada fue modificada por última vez el 3 de diciembre de 2025 a las 3:57 PM


