Gaddafi y Nicaragua: Una hermandad forjada en tiempos de fuego y revolución

Imagen Cortesía / Portada de la Revista Stalin Magazine.

Por Stalin Vladimir Centeno

OPINIÓN / “¿Qué diría hoy el Compañero Muamar Gaddafi, el Hermano, frente a este mundo brutal, bárbaro y salvaje que despliegan los imperialistas de la Tierra?”, expresó con fuerza la Compañera Rosario Murillo en una comunicación para el pueblo nicaragüense.

En sus palabras, lo recordó como “un Hermano querido que supo ver en Nicaragua una Revolución valiente y triunfante”, y denunció cómo los imperios han querido imponer una normalidad de muerte: “pretenden acostumbrarnos a la sangre y al dolor, para generar indiferencia”, afirmó con claridad, llamando ese modelo una política de horror y destrucción.

Por su parte, el Comandante Daniel Ortega recordó que Gaddafi no dudó en apoyar con firmeza la Revolución Popular Sandinista, brindando solidaridad en los años más difíciles, y que su compromiso con la unidad de los pueblos árabes y el desarrollo del pueblo libio lo convirtió en una figura respetada. “Gaddafi iba más allá”, dijo el Comandante, destacando su visión progresista incluso frente a tradiciones arraigadas.

Gaddafi no era obediente ni servil. Gobernó Libia con independencia, repartiendo directamente las riquezas del petróleo a las familias, con salud y educación gratuita, vivienda asegurada y un índice de desarrollo humano que colocaba a ese país entre los países más prósperos de África. Bajo su mandato, miles de africanos de otras naciones encontraban refugio, empleo y esperanza en suelo libio. África se veía en el espejo de Libia como un continente con destino propio.

Pero a Estados Unidos y sus aliados de la OTAN no les convenía ese ejemplo. Gaddafi era un obstáculo. No solo por sus reformas internas, sino porque trabajaba para crear una moneda africana respaldada en oro, una alternativa soberana al dólar y al euro.
Su proyecto económico y geopolítico representaba una amenaza directa al dominio financiero occidental. Lo acusaron, lo satanizaron y lo rodearon con un cerco mediático. La guerra vino disfrazada de “Primavera Árabe”, y los bombardeos no tardaron.

En sus últimas horas, Gaddafi resistía en Sirte, su ciudad natal, junto a un pequeño grupo de leales. Rechazó el exilio. En una de sus últimas apariciones en televisión, declaró con dignidad: “Estoy pagando el precio de quedarme aquí, y el que pagó mi abuelo que cayó mártir en 1911… no me iré del país y al final moriré como un mártir”. Fiel a su palabra, fue capturado con vida tras un bombardeo aéreo,

y posteriormente ejecutado de forma salvaje en plena calle. Un crimen televisado y celebrado por los mismos que se autoproclaman defensores de los derechos humanos.

Estados Unidos pretendió vender su muerte como una victoria. Pero los pueblos supieron leer la verdad. Gaddafi no fue un tirano; fue un líder escuchado y respetado por mandatarios de todos los continentes. Se reunió con Presidentes de Europa, Asia, América Latina y África, con quienes sostuvo diálogos de Estado, alianzas económicas y posiciones comunes frente al orden mundial. Fue recibido oficialmente en la Organización de las Naciones Unidas y en la Liga Árabe, donde expuso sus ideas con claridad y sin miedo.

Su figura fue reconocida incluso por aquellos que hoy guardan silencio. Por eso no cabe la narrativa de querer pintarlo como un dictador, cuando en realidad fue un estadista con visión continental, amado por su pueblo y temido por los imperios precisamente por eso.

Tras su asesinato, África cayó en una espiral de empobrecimiento, desplazamiento, violencia y saqueo. Lo que Gaddafi había construido fue desmantelado. Hoy, el continente sufre hambruna, inseguridad, proliferación de grupos armados y mafias del tráfico humano. Todo eso es parte del legado sangriento que dejó la intervención extranjera.

El pueblo y la Revolución no olvidan a Muamar Gaddafi. Nicaragua lo recuerda con respeto, con gratitud y con admiración profunda. Gaddafi está vivo en la memoria rebelde de los pueblos dignos.

Esta entrada fue modificada por última vez el 3 de agosto de 2025 a las 8:19 PM