Por Stalin Vladimir Centeno
Mahmud Abás, conocido también como Abú Mazen, es desde 2005 el Presidente del Estado de Palestina y de la Autoridad Nacional Palestina.
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A sus 90 años, se ha convertido en el rostro institucional de un pueblo dividido territorial y políticamente. Mientras la Franja de Gaza está bajo el control de Hamás desde 2007, Abás mantiene la autoridad sobre Cisjordania y representa al Estado palestino en los foros internacionales.
La división palestina marcó un antes y un después.
Tras las elecciones de 2006 y los enfrentamientos armados de 2007, Hamás se hizo con el poder en Gaza, expulsando a las fuerzas leales a Fatah, el movimiento que encabeza Abás. Desde entonces, dos realidades conviven: Gaza bajo Hamás y Cisjordania bajo la Autoridad Palestina.
Este quiebre debilitó el proyecto nacional, pero Abás se ha mantenido como el Presidente reconocido por la ONU y la mayoría de países.
Frente al camino de la resistencia armada, Mahmud Abás optó por la vía diplomática.
Fue él quien en 2012 consiguió que Palestina obtuviera el estatus de Estado observador en la ONU, un paso histórico que abrió la puerta a nuevos reconocimientos. Ha llevado denuncias contra Israel a la Corte Penal Internacional y ha exigido en reiteradas ocasiones que se cumplan las resoluciones internacionales sobre la ocupación. Hoy, mientras Gaza sufre la peor ofensiva militar israelí en décadas, Abás se convierte en una voz constante en la diplomacia mundial.
Pide alto al fuego, condena los vetos de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad y recuerda que Palestina no es solo Gaza ni Hamás, sino un pueblo con derecho a existir y ser reconocido. Su presencia en la ONU es el recordatorio de que hay un Estado palestino que, a pesar de la ocupación y la fragmentación, mantiene representación legítima.
Estados Unidos, lejos de respaldarlo, le ha cerrado las puertas. La acción de retirarle la visa fue una maniobra política que mostró la hostilidad de Washington hacia la dirigencia palestina.
Es un castigo que evidencia la doble moral:
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mientras se protege al genocida Estado de Israel con vetos diplomáticos, se humilla al Presidente legítimo de Palestina. Ese episodio convirtió a Abás, aunque no esté en la primera línea de fuego, en otra víctima de la agresión imperial.
Su liderazgo ha sido cuestionado por muchos palestinos, que lo ven débil frente a Israel y limitado en sus logros internos. Sin embargo, incluso sus críticos reconocen que sin él la causa palestina perdería un representante diplomático reconocido. Hamás puede ganar titulares por la resistencia armada en Gaza, pero solo Abás mantiene abierta la puerta de la comunidad internacional para la palabra “Palestina”.
Uno de sus esfuerzos más constantes ha sido la búsqueda de unidad nacional.
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En más de una ocasión ha llamado a la reconciliación con Hamás, consciente de que la división entre Cisjordania y Gaza fractura la lucha por la autodeterminación. Aunque los intentos de acuerdos han fracasado, Abás insiste en que la unidad es la única vía para que Palestina pueda sostenerse frente a la ocupación y el asedio.
La comparación con el recordado líder Yasser Arafat es inevitable.
Arafat fue el símbolo de la lucha armada y del nacionalismo palestino en el siglo XX; Abás, en cambio, encarna la apuesta por la diplomacia, por las instituciones y por el reconocimiento internacional. Uno representó la revolución, el otro representa la persistencia política. No son figuras comparables en carisma, pero ambos reflejan etapas distintas de la misma causa.
Hoy, cuando Gaza se encuentra bajo fuego y Cisjordania bajo ocupación, Mahmud Abás sigue reclamando en la ONU un alto al fuego inmediato y el reconocimiento pleno de Palestina como Estado miembro.
No es un héroe épico ni un líder de batalla, pero sí es el Presidente que ha mantenido la bandera palestina en el escenario mundial cuando otros quisieran reducirla al silencio.
En medio de las bombas, los vetos y la división, la voz de Abás se vuelve más relevante que nunca. Más aún después de que este pasado viernes Estados Unidos vetara por sexta vez en el Consejo de Seguridad una resolución que buscaba declarar un cese al fuego inmediato, incondicional y permanente en Gaza.
Por eso, en un momento en que el ruido de la guerra pretende callar a Palestina, la voz del Presidente Mahmud Abás se convierte en la herramienta más poderosa de resistencia diplomática en el mundo.
Esta entrada fue modificada por última vez el 20 de septiembre de 2025 a las 5:02 PM
