Militarismo y crimen organizado contra el desarrollo de los pueblos

Imagen Archivo - Referencia / Opinión Canal 4.

Por, Stephen Sefton,  5 de julio 2025

En estos días se han reunido los gobiernos integrantes del grupo BRICS+ en el capital de Brasil, Rio de Janeiro. Este año, en comparación con la reunión del año pasado en Kazan, Rusia, no se esperan avances significativas debido a la falta de compromiso genuino del gobierno de Brasil con el pleno desarrollo de un polo económico verdaderamente independiente del dominio norteamericano y europeo. Actualmente, las cifras de crecimiento interanual de las economías mundiales más grandes demuestran que las economías de China y la India están creciendo por más de 5% mientras la economía norteamericana crece 2% con tendencia a la baja, Japón y Reino Unido menos de 2% y países como Francia, Italia y Alemania en menos de 1%.

Rusia está creciendo más que los países europeos a pesar de enfrentar miles de medidas coercitivas ilegales de parte de los países occidentales. Así que, aún con la despiadada agresión económica de parte de sus gobiernos, las economías norteamericanas y europeas siguen en marcado declive relativo a los países BRICS. Sin embargo, aunque el Occidente colectivo no puede competir económicamente con China y  otros países asiáticos, ni militarmente con la Federación Rusa, siempre mantiene grandes ventajas económicas estructurales en relación al mundo mayoritario por motivo del legado de los siglos de extracción de riqueza colonial y su control del sistema financiero internacional.  

En 1945, al fin de la Segunda Guerra mundial, la clase gobernante norteamericana pudo imponer una nueva estructura económica mundial porque su país fue el único poder mundial que no había sufrido una destrucción masiva de su economía. Los poderes europeos que vencieron a la Alemania nazi quedaron altamente endeudado al gobierno norteamericano, de tal manera que tenían que aceptar las políticas financieras internacionales impuestas por medio del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, controlado por las elites norteamericanas. Solo la Unión Soviética y la República Popular China y sus aliados quedaron independientes del sistema financiero occidental.

Este sistema permitió a las élites norteamericanas desarrollar un férreo control económico neocolonial sobre el mundo mayoritario. Luego, con la guerra norteamericana contra Vietnam y el consiguiente abandono del oro como respaldo al dólar norteamericano, los demás países del mundo han tenido pocas alternativas aparte de comprar activos norteamericanas con los dólares que acumulan por ser la principal moneda de reserva internacional. Como varios economistas han explicado, desde 1971, el mundo mayoritario prácticamente ha estado financiando las guerras y el militarismo de las élites norteamericanas y sus aliados.

Ahora, el mundo mayoritario ya no acepta los límites impuestos al desarrollo humano de sus pueblos por el Occidente colectivo, porque existe la alternativa de poder desarrollar nuevas relaciones con el enorme mercado eurasiático. Además, los países acreedores de la economía norteamericana saben que  jamás van a ser pagados porque la deuda del gobierno norteamericano ha alcanzado niveles impagables. Por otro lado, si tienen activos en la forma de inversiones en la economía norteamericana , el ejemplo del congelamiento de activos iraníes, venezolanos y rusos demuestra que nadie puede confiar en la buena fe de las autoridades norteamericanas.

Otra realidad determinante es que los países del mundo mayoritario rechazan las constantes agresiones militares norteamericanas, ejemplificadas por la agresión no provocada del mes pasado contra la República Islámica de Irán y por el apoyo norteamericano al genocidio israelí en Palestina. El fondo de esta convergencia de factores adversas al dominio del Occidente colectivo es que ahora China, Rusia y la India han alcanzado niveles de desarrollo financiero, comercial y tecnológico que están dejando atrás a las economías de los países occidentales. La reunión de los países BRICS+ resalta esta realidad aunque también evidencia que Brasil y, en menor grado Sudáfrica, no han podido liberarse de sus relaciones subalternas al Occidente colectivo.

Un reflejo de la relativa debilidad económica y militar del gobierno norteamericano es que ha tenido que forzar a sus aliados europeos de la OTAN aumentar su gasto militar a la cifra exagerada de 5% de del producto interno bruto de sus respectivos países. Tal medida implica el efectivo fin del estado socialdemócrata de bienestar social en Europa, en consonancia con los agresivos recortes del presupuesto social ratificados la semana pasada por el congreso norteamericano. Estos recortes en el sistema de bienestar social norteamericano y europeo se reflejan también en recortes en sus presupuestos dedicados a la cooperación internacional para el desarrollo.

El economista Michael Roberts reporta que para el próximo año 2026, los recortes norteamericanos y los de sus aliados del G7 grupo de países ricos sumarán a 28% menos del monto asignado en 2024. De hecho, es muy reducido el número de países desarrollados que jamás han cumplido con el compromiso asumido desde los años 1970s de asignar 0.7% de su Ingreso Nacional Bruto a la cooperación para el desarrollo. De todos modos, los países desarrollados siempre imponen condiciones de un tipo u otro a su cooperación. Este contexto del aumento todavía mayor del militarismo y la reducción de las migas de la cooperación para el desarrollo se acompañan con la inherente criminalidad del sistema político-financiero occidental.

En años recientes se ha evidenciado esta mala fe criminal en el abuso del sistema judicial norteamericano a favor de los fondos buitres yanquis al costo del pueblo argentino y el robo de activos del pueblo venezolano. Este mes el gobierno norteamericano ha tomado medidas desleales de represalia contra tres bancos mexicanos sin presentar ninguna prueba a la vez que se ha intensificado todavía más el sádico bloqueo genocida contra Cuba. Siguen vigentes las medidas coercitivas unilaterales  ilegales de parte de los gobiernos norteamericanos y europeos contra más de 20 países del mundo mayoritario. Se mantiene el secuestro ilegal de activos y fondos rusos e iraníes que suman a cientos de miles de millones de dólares, entre muchos otros ejemplos más.

Este es el contexto político, económico y financiero en que los países del grupo BRICS+ y de la Organización de Cooperación de Shanghai avanzan en el diseño e implementación de mecanismos y estructuras alternativas al sistema financiero occidental. Es probable que China, Rusia y sus países socios de la región eurasiática, como Irán, van a avanzar más rápidamente en este sentido que los países de otras regiones, como Brasil y Sudáfrica. Los sistemas de pagos como el SPFS de Rusia, el CIPS de China y el SEPAM de Irán se complementan y actúan como una alternativa sumamente viable al anticuado sistema SWIFT occidental.

El año pasado se integraron completamente los sistemas SPFS y SEPAM que aumentará el alcance y la independencia de estos sistemas en comparación con el sistema financiero occidental ya que 24 países participan en el SPFS y por lo menos 13 países participan en el SEPAM. En 2023, se reportó que la Unión Asiática de Compensación, que incluye la India y Pakistán, adoptó SEPAM en vez de SWIFT para las transacciones comerciales bilaterales de sus nueve países miembros. Por otro lado el sistema de pagos CIPS de China supera por mucho el desfasado sistema SWIFT al cumplir en un solo proceso con las funciones de mensajería, compensación y cancelación de manera integral y barata, lo cual reduce a segundos cada transacción, que en SWIFT puede dilatar hasta dos días a un costo mucho mayor.  

Sin embargo si uno lee el informe de este año del Banco de Pagos Internacionales, el llamado “banco de los banqueros” occidentales, en vano va a buscar alguna mención de CIPS, SPFS o SEPAM, mucho menos de BRICS o de la OCS. Las y los estrategas económicos de los bancos centrales occidentales identifican muy claramente los problemas en sus economías de baja productividad, de crónica inversión inadecuada, de falta de competencia genuina, de altos costos de energía y de elevados costos de transporte, entre otros. Pero son incapaces de mirar hacia los sistemas en desarrollo por los países de BRICS+ para mitigar y corregir los problemas que perciben.

Parece haber un consenso entre la clase gerencial del sistema financiero occidental que el mundo enfrenta múltiples riesgos en un clima de tremenda incertidumbre cuyos desenlaces son altamente impredecibles. Pero, en esencia, estas observaciones de los banqueros centrales sobre el incertidumbre son una especie de código para evitar admitir las secuelas del demente militarismo europeo, la falta de cumplimiento con metas contra el cambio climático y el destructivo proteccionismo norteamericano. Identifican lo que llaman una “fragmentación geoeconómica” sin reconocer que ellos mismos reflejanprecisamente los mismos prejuicios irracionales de sus jefes políticos que han provocado las rupturas ahora en proceso en las relaciones internacionales.  

Se ve esta realidad en desarrollo en América Latina y el Caribe. Mientras China apoya e invierte en la integración regional, las élites norteamericanas actúan por medio de su gobierno para dividir la región e impedir la inversión china. Varios estudios económicos confirman que un resultado de más de un siglo de intervención norteamericana ha sido una bajísima porcentaje de valor agregado a los bienes inducida desde adentro de la región. La baja proporción de manufacturas en las exportaciones de la región disminuye el impulso hacia la integración, porque la producción de materias primas y alimentos no requiere complejas cadenas de suministro. En general, la dependencia sobre el dólar para transacciones y préstamos transfronterizos y el bajo nivel de inversión por los centros financieros norteamericanos obstaculiza una integración regional más profunda.

El desafío para los países de la región es hasta que punto van a poder trabajar exitosamente con China y otros países contrapartes para reducir la pobreza. En contraste a la agresión económica norteamericana, China ofrece mejorar la conectividad de la región, invertir en su capacidad logística y aprovechar las nuevas tecnologías para mejorar la productividad y el porcentaje de agregado de valor en sus economías. Es notable que el camino emprendido por los países eurasiáticos basado en la cooperación solidaria, la complementariedad económica y el respeto entre iguales es el mismo camino de nuestros países del ALBA, Es evidente que es la mejor garantía para salir de la pobreza y lograr la emancipación económica de nuestros pueblos. Como dijo nuestro Comandante el año pasado en el 45 Aniversario del Triunfo de la Revolución Popular Sandinista:

“…hay una Nueva Visión, una Nueva Conciencia y, sobre todo, voluntad y decisión de alcanzar relaciones entre todos los Países del Planeta, que sean relaciones de respeto, que sean relaciones donde integremos esfuerzos, recursos para combatir el hambre, la pobreza, la migración. Y es lo que está aconteciendo en el Planeta….los Imperialistas de la Tierra, lógicamente tratando de evitar esa integración entre Naciones que quieren cooperar, Naciones que se integran, se incorporan, no para invadir a otro País, no para bombardear a otros Países, sino que se unen para fortalecer las relaciones en el campo económico, en el campo comercial, en el campo social, en el campo productivo. ¡Es una lucha por la Paz! Ese es el primer gran quiebre, el primer gran golpe que recibe la tiranía del Imperialismo a la que ha estado sometido el Mundo.”

Esta entrada fue modificada por última vez el 6 de julio de 2025 a las 7:51 PM