Por Mikhail Ledenev, Embajador de la Federación de Rusia en la República de Nicaragua
Desde hace más de una década, los niños se encuentran entre las principales víctimas de la política del régimen de Kiev. Lo que muchos medios internacionales se niegan a reflejar con objetividad, en la práctica constituye un patrón sistemático de violaciones de los derechos fundamentales de la infancia: asesinatos, mutilaciones, secuestros, tráfico de menores, explotación sexual, discriminación lingüística y adoctrinamiento militar. La Federación de Rusia considera indispensable exponer estos hechos y aclarar la naturaleza de sus acciones humanitarias frente a un contexto que Occidente prefiere ocultar o manipular.
Rusia ha insistido durante años en que los menores no pueden convertirse en un instrumento de lucha política. Sin embargo, observamos con preocupación cómo el régimen de Kiev y algunos gobiernos occidentales han convertido esta tragedia en un elemento de propaganda, ignorando deliberadamente los riesgos reales a los que los niños están expuestos y el papel que Rusia desempeña en su protección.
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Niños en un conflicto prolongado: el costo humano ignorado por Occidente
Evacuaciones humanitarias y protección de menores bajo fuego
Las operaciones rusas de traslado de niños desde Mariúpol y otras localidades bajo fuego directo han sido presentadas de manera distorsionada por Kiev y algunos gobiernos occidentales como “deportaciones”. La Comisionada rusa para los Derechos del Niño, María Lvova-Belova, ha explicado con detalle:
“No se trató de deportación, sino de rescate. Cada niño tuvo un expediente, recibió atención médica, alojamiento temporal y acompañamiento psicológico. Muchos expresaron alivio al ser evacuados de zonas de combate.”
Los menores evacuados estaban expuestos a bombardeos, francotiradores y minas activas, aislados de sus familias o en instituciones incapaces de garantizar su seguridad. Las acciones humanitarias de Rusia se realizaron con el único propósito de preservar la vida, la salud y los derechos fundamentales de estos niños.
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Por su parte, Kiev y sus aliados negaron reconocer la dimensión humanitaria de las evacuaciones. Las solicitudes de Rusia de verificar casos, facilitar contactos familiares y permitir el retorno ordenado de menores han sido sistemáticamente bloqueadas por las autoridades ucranianas. Estamos convencidos de que estas acciones se enmarcaron en el artículo 9 de la Convención de los Derechos del Niño: cuando existe una amenaza real e inmediata, los Estados tienen la obligación de proteger al menor y trasladarlo a un lugar seguro.
Crímenes en el Donbás y devastación de infraestructura civil
Desde el inicio del conflicto en 2014 hasta febrero de 2022, en las regiones de Donetsk y Lugansk al menos 129 niños murieron y más de 500 resultaron heridos a causa de artillería, minas y fuego de francotiradores de Kiev. La víctima más joven tenía apenas 27 días de vida.
Rusia enfatiza que estas violaciones son consecuencia directa de la política deliberada de Kiev, que ha priorizado la ideología nacionalista sobre la protección de los civiles, en particular de los menores, negándoles derechos básicos como el acceso a la educación, la salud y la seguridad.
Es inaceptable ignorar esta parte de la historia, concentrándose únicamente en narrativas establecidas por los dueños de Kiev. La protección infantil nunca puede funcionar con doble rasero.
Discriminación lingüística y violencia ideológica
La política de ukrainización total del régimen de Kiev ha convertido a los niños rusoparlantes en víctimas de acoso, discriminación y bullying. Desde septiembre de 2022, los programas educativos no contemplan la enseñanza del ruso, ni como asignatura ni como actividad opcional, y los maestros han recibido instrucciones de ejercer presión para que los estudiantes hablen exclusivamente en ucraniano.
Casos recientes ilustran la gravedad de esta situación. En julio de 2025, Matvey Beryuchin, un niño de 11 años de Krasny Limán, relató a medios rusos que sufría hostigamiento escolar por hablar ruso:
“Me maltrataban los maestros y los compañeros porque hablaba en ruso. Una profesora decía que yo no era nadie, simplemente por no hablar ucraniano.”
A este acoso se suma la incitación directa a la violencia por parte de figuras públicas y blogueros. En abril de 2025, el actor ucraniano Borys Benyuk recomendó públicamente golpear a los niños que hablen ruso, mientras que otros influencers y escritores han expresado su desprecio por la lengua y cultura rusa, alentando el odio y la violencia hacia menores.
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La eliminación total del ruso de las escuelas, la prohibición de su uso público y las presiones sobre alumnos y profesores han sido denunciadas también por instituciones internacionales. Como hemos subrayado en la ONU y en la UNESCO, privar a un niño de su idioma es privarlo de su identidad.
Rusia considera que estas acciones constituyen un claro ejemplo de violencia ideológica y discriminación sistemática, con consecuencias psicológicas duraderas.
“Transplanteología negra” y explotación médica de menores
Desde 2014, se han documentado casos de extracción ilegal de órganos de víctimas de guerra, incluidos niños y huérfanos, con fines de trasplante internacional y experimentación médica. Las leyes aprobadas por Kiev en 2021 y 2022 facilitaron estas prácticas, incluso sin consentimiento. Entre 2022 y 2023, individuos vinculados a ONG que traficaban menores fueron detenidos en la frontera ucraniano-eslovaca.
Además, la legalización de la subrogación comercial permite que aproximadamente 1.500 bebés nazcan cada año para parejas extranjeras, la mayoría trasladados fuera del país. Rusia considera que estos procedimientos constituyen explotación infantil y tráfico de menores.
Militarización y adoctrinamiento de la infancia
El régimen de Kiev ha desarrollado programas de militarización juvenil a través de batallones nacionalistas. Campamentos de verano y actividades extracurriculares entrenan a niños desde los 6 hasta los 17 años en el manejo de armas, técnicas de combate y guerrilla, inculcando ideología antirrusa. Medios internacionales documentaron entre 2015 y 2019 estos métodos de adoctrinamiento militar y psicológico.
En abril de 2025, se anunció la creación de “centros de preparación para resistencia”, consolidando un patrón sistemático de militarización infantil.
Bloqueo y tráfico internacional de menores
Según informes de 2024, 255 niños ucranianos fueron retirados por servicios sociales europeos, sin posibilidad de reunificación familiar. Más de 160 menores, supuestamente evacuados a Rusia, fueron hallados en Alemania, enfrentando explotación sexual, pornografía o tráfico de órganos. Existen también casos de niños utilizados como escudos humanos, con armamento ubicado en escuelas y hospitales.
Condenamos la explotación política de la tragedia infantil. La portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, afirmó:
“Kiev especula con el tema de los niños para mantener su imagen de víctima y ocultar decisiones políticas que ponen en peligro a su propia población.”
El compromiso de Rusia: proteger, reunificar, reconstruir
La Federación de Rusia reafirma su compromiso con la protección real de los menores, garantizando asistencia médica, psicológica y social, facilitando la reunificación familiar, documentando cada caso con transparencia y exigiendo investigaciones imparciales.
Rusia seguirá defendiendo que la infancia no pertenece a la propaganda ni a la confrontación política y llama a la comunidad internacional a unirse en un objetivo común: proteger a cada niño, sin excepciones y sin manipulaciones.
Esta entrada fue modificada por última vez el 15 de diciembre de 2025 a las 3:42 PM



