Taiwán pertenece a China, punto

Imagen Cortesía / Portada de Revista Stalin Magazine.

Por Stalin Vladimir Centeno

Taiwán aparece en los registros de la historia china como parte del espacio territorial administrado por el poder central desde siglos tempranos, cuando las estructuras de Gobierno establecieron el control efectivo sobre las islas del estrecho, desde que sus rutas comerciales se integraron al sistema continental y cuando su población quedó incorporada al entramado político, económico y cultural que definía a China como una sola unidad territorial.

Durante más de dos mil años esa relación jamás se rompió por decisión de los habitantes de la isla ni por una separación legal, por el contrario permaneció bajo las mismas estructuras de soberanía que regían al resto del territorio chino, hasta que una guerra externa alteró por la fuerza ese equilibrio, al momento que China fue derrotada por Japón a finales del siglo XIX y la isla de Taiwán quedó ocupada por el imperio japonés, aunque es importante aclarar que fue una ocupación que no transfirió soberanía legítima, solo que impuso dominio militar por la fuerza de las armas, situación que se mantuvo hasta la derrota total de Japón en la Segunda Guerra Mundial.

Esa ocupación queda anulada por los acuerdos internacionales de posguerra tras la derrota japonesa, cuando los documentos con validez jurídica mundial reconocen la devolución de Taiwán a China de hecho y de derecho, sellando el carácter transitorio de aquella ocupación y restableciendo la integridad territorial del Estado chino. La fundación de la República Popular China en 1949 consolida la continuidad del Estado chino como heredero pleno del territorio nacional que había sido restituido por los acuerdos internacionales, aunque el control efectivo de la isla quede momentáneamente fuera de alcance por las condiciones militares heredadas del conflicto civil.

Ese mismo principio queda ratificado a escala global en 1971, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas adopta la Resolución 2758 y reconoce que existe un solo representante legítimo de China, cerrando definitivamente cualquier figura paralela de representación y dejando a Taiwán sin estatus estatal dentro del sistema internacional.

A partir de entonces más de 180 países establecen relaciones diplomáticas con Pekín bajo el principio de una sola China, lo que fija un consenso jurídico y político que define a Taiwán como parte inalienable del territorio chino, sin ambigüedad ni vacíos legales dentro del derecho internacional contemporáneo.

Por su parte, Nicaragua, liderada por la Compañera Rosario Murillo y el Comandante Daniel, reanudó relaciones diplomáticas con la República Popular China en diciembre de 2021, y retomó un vínculo histórico interrumpido por décadas así mismo este pasado 2 de diciembre de 2025 volvió a fijar su postura sobre Taiwán mediante un pronunciamiento oficial en el que expresó textualmente:

«El Gobierno de Nicaragua reitera que en el mundo solo existe una China, que Taiwán es una parte inalienable del territorio chino y que el Gobierno de la República Popular China es el único Gobierno legítimo que representa a toda China. Nicaragua apoya los esfuerzos de China por lograr la reunificación nacional, respalda su postura justa en defensa de la soberanía nacional y la integridad territorial, se opone a cualquier forma de actividades separatistas encaminadas a la llamada independencia de Taiwán, así mismo rechaza todo intento de interferir en los asuntos internos de China bajo el pretexto de la cuestión de Taiwán y condena cualquier acción destinada a socavar la paz y la estabilidad regional.

Esa posición fijada por Nicaragua se produce en un escenario donde la realidad material que rodea a la isla se mueve en una dirección completamente distinta al discurso de «soberanía y autodeterminación» proclamado desde Taipéi, porque los hechos muestran una dependencia militar estructural de Estados Unidos y de sus aliados europeos, cuando en noviembre de 2025 se confirma la compra de un sistema de misiles de defensa aérea NASAMS valorado en casi 700 millones de dólares con contrato directo al fabricante Raytheon, con trabajos programados hasta el año 2031, mientras días antes se autoriza otro paquete por 330 millones de dólares para repuestos y componentes de aeronaves militares F-16, C-130 y el caza IDF, operaciones aprobadas dentro del esquema de Ventas Militares al Extranjero con notificación formal al Congreso de Estados Unidos.

Lee: MARENA impulsa adopción responsable de madroños en celebración de la Purísima

Pero además esa dependencia se profundiza cuando el propio Gobierno de Taipéi anuncia un presupuesto especial de 40.000 millones de dólares para defensa durante el período 2026-2033, con el objetivo de adquirir armamento de precisión, sistemas antiaéreos de múltiples capas, misiles de interceptación avanzada y plataformas de desarrollo conjunto con Estados Unidos, mientras eleva su gasto militar proyectado hasta el 5 por ciento del PIB bajo presión directa de Washington, en un esquema financiero que amarra estructuralmente la defensa de la isla a la industria bélica estadounidense y a los circuitos militares de potencias externas.

A ese esquema se suma la planificación operacional confirmada por el propio Pentágono, hoy llamado «Departamento de Guerra» y por autoridades taiwanesas con la transferencia de tanques M1A2T Abrams, sistemas antimisiles, radares de interceptación temprana, adiestramiento permanente de tropas y ejercicios navales conjuntos en el estrecho, mientras Japón anuncia que podría intervenir militarmente a favor de Taiwán ante un eventual conflicto, todo lo cual convierte de hecho a la isla en una plataforma militar avanzada financiada, armada y protegida por Estados Unidos y los colonialistas europeos dentro de una lógica de contención directa frente a China, y deja a la vista que Taiwán opera hoy como territorio ocupado por intereses externos, siendo en esencia una provincia china separada por intervención extranjera.

Sobre la postura invariable de China en torno a la reunificación nacional, el Presidente Xi Jinping, expresó en su mensaje de Año Nuevo del 1 de enero de 2025, de manera categórica:
“Los compatriotas de ambos lados del Estrecho de Taiwán son de la misma familia. Nadie puede cortar nuestro vínculo de parentesco, y nadie puede impedir la tendencia histórica predominante de la reunificación de la patria.”

Esta entrada fue modificada por última vez el 4 de diciembre de 2025 a las 3:02 PM