Lluvias intensas, crecidas de ríos e inundaciones, es la situación que hoy vive la mitad oeste de Panamá, con reportes oficiales preliminares de tres muertos, un desaparecido, centenares de evacuados y cuantiosos daños materiales.
José Donderis, director del Sistema Nacional Protección Civil (Sinaproc) aseveró que los fallecidos y el desaparecido, son personas que cruzaron ríos crecidos o realizaban alguna actividad acuática, a pesar de advertencias de peligro, que incluye prohibición de salida para embarcaciones menores.
El deterioro del tiempo se acrecentó en las últimas horas por la formación de la tormenta tropical Otto, cerca de la costa norte panameña, y una extensa área de tormentas y bandas alimentadoras actúan sobre el Istmo, mientras su centro fue ubicado en las últimas horas al norte de Colón, en el Caribe sudoriental.
Unas 700 personas se mantienen evacuadas en la fronteriza provincia de Chiriquí, en uno de cuyos municipios más afectados, Barú, su alcalde Franklin Valdés, solicitó que se declare zona de emergencia a causa de los serios daños a viviendas, viales, cultivos y otras construcciones, que según Sinaproc, en este y el vecino Alanje afectaron a mil 477 personas.
En horas de la noche de ayer, el presidente del país, Juan Carlos Varela, visitó algunos de los albergues y dialogó con los refugiados, muchos de los cuales perdieron todos sus bienes, y reciben actualmente ayuda humanitaria del Gobierno.
El Centro de Operaciones de Emergencias (COE) informó ayer que se mantiene la alerta amarilla para las provincias de Chiriquí, la central Veraguas, Colón (centro-norte) y las occidentales Bocas del Toro y la Comarca Ngabe Buglé, y verde para el resto del país.
Tales avisos corresponden al despliegue y actuación de las instituciones rescatistas, en el primer caso, mientras que la verde se trata de prevención y mantenerse informado.
El servicio meteorológico panameño reportó acumulados máximos de lluvias de hasta 248 milímetros en Colón y Chiriquí, en aguaceros que son clasificados de ligeros a fuertes.
Mientras el lago Gatún, el principal embalse artificial para el funcionamiento del Canal de Panamá, abrió ayer nueve compuertas de sus aliviaderos, porque rebasó el nivel máximo de operación que es de 26,67 metros.
‘Nos mantenemos bajo los efectos colaterales de la tormenta tropical Otto, el cual mantiene fuertes confluencia de vientos en forma ciclónica sobre el istmo panameño, manteniendo la región inestable e ideal para la formación de abundante nubosidad generado condiciones lluviosas en ambas vertientes’, señaló anoche un boletín.
Otto tenía a las 10 de la noche, hora local, (0300 UTC) vientos máximos sostenidos de entre 60 y 95 kilómetros por hora cerca de su centro, se fortalecía y mantenía un lento movimiento al suroeste, a cuatro kilómetro por hora, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
En un cambio de previsiones, NHC prevé que para este martes la tormenta pase a categoría de huracán, mientras que la posible área de impacto de su centro los modelos de pronóstico la ubican sobre Costa Rica y Nicaragua, con mayores posibilidades sobre este último.
Esta entrada fue modificada por última vez el 22 de noviembre de 2016 a las 8:54 AM