Trump compite con los piratas de siglos pasados

Foto Cortesía / Donald Trump en Pirata Caricatura.

Por Hedelberto López Blanch

Los piratas de siglos pasados eran bebés recién nacidos al lado del convicto presidente y megalómano, Donald Trump, que amenaza con guerras, impone sanciones, acusa sin pruebas de narcotráfico a países soberanos y democráticos y hasta secuestra barcos petroleros en su afán de adueñarse y controlar América Latina y el Caribe.

La historia recoge que quizás el pirata más famoso, Edward Teach (Barbanegra), sembró el miedo en el Mar Caribe, así como otros corsarios de los siglos XVI, XVII y XVIII como Bernardino de Talavera, El Olonés, Francois le Clerc (Pata de Palo), Jacques Sore, Henry Morgan, Martín Cote, Joah Hawkins, Francis Drake o Thomas Caverdish, la gran mayoría apoyados por las metrópolis inglesas, francesas y neerlandesas.

Pero ahora, en pleno siglo XXI, ha surgido un contrincante mucho más peligroso y agresivo, no para obtener fortunas en el Caribe, sino con el objetivo de adueñarse de las riquezas minerales, acuáticas y de biodiversidad de las naciones latinoamericanas, intentando imponer la anexionista Doctrina Monroe de «América para Estados Unidos».

Washington ha desarrollado en los últimos cuatro meses agresivas operaciones contra Venezuela, creando un maratón de falsas noticias, con acusaciones de narcotráfico contra sus dirigentes, mientras llenó el mar Caribe frente a Caracas con barcos de guerra, submarinos atómicos y el mayor portaaviones del mundo, que han bombardeado lanchas y asesinado a cerca de 90 personas.

La base principal es mostrar al país como un lugar de muerte y destrucción, justificando que la llegada de las fuerzas militares estadounidenses devolvería la paz y la democracia.

Asimismo, ofreció millonarias recompensas por la captura o asesinato del presidente Nicolás Maduro, de Diosdado Cabello y otros líderes bolivarianos, bajo imputaciones de estado “narco”, mientras indultó al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, preso en Estados Unidos por narcotráfico, quien cumplía 45 años de cárcel.

Juan Orlando Hernández fue condenado en tribunales de New York por exportar más de 400 toneladas de cocaína a Estados Unidos. El diario The New York Times reveló que se jactó de introducir drogas y aceptó sobornos millonarios del Chapo Guzmán para permitir el tráfico por Honduras.

Durante el juicio federal, pruebas y testimonios demostraron que el expresidente convirtió a Honduras en bastión del narcotráfico mundial, orquestando una vasta conspiración criminal que generó millones de dólares a los cárteles.

Al ordenar Trump el ataque y secuestro de un barco petrolero venezolano, quedó demostrado que no se trata de lucha contra las drogas, sino de las ansias de adueñarse del petróleo venezolano, siendo su país el mayor consumidor del mundo.

Una declaración del gobierno constitucional de Venezuela afirmó: «Siempre se trató de nuestras riquezas naturales, de nuestro petróleo, de nuestra energía», pertenecientes al pueblo bolivariano.

El presidente cubano Miguel Díaz-Canel calificó el hecho como acto de piratería, violación del Derecho Internacional y una escalada de agresión.

El Partido Demócrata publicó imágenes de Trump junto a Jeffrey Epstein, abusador sexual, comprobándose además que voló siete veces en su avión.

Trump se ha acogido 97 veces a la Quinta Enmienda, ha sido condenado 34 veces, enfrenta 91 cargos criminales, 26 acusaciones de agresión sexual, seis bancarrotas, cinco exenciones del servicio militar y dos juicios políticos (impeachments).

También figuran empresas condenadas, una universidad falsa clausurada, una organización de caridad cerrada, y pagos millonarios por fraude y abuso sexual, que suman cientos de millones de dólares.

Como se aprecia en este extenso inventario de fechorías, Donald Trump busca sobresalir por encima de los piratas de siglos pasados, acumulando nuevos “honores”.

Esta entrada fue modificada por última vez el 15 de diciembre de 2025 a las 3:10 PM