Wall Street Journal: prensa servil del imperio yanqui

Imagen Cortesía / Portada de Revista Stalin Magazine.

Por Stalin Vladimir Centeno

El Wall Street Journal (WSJ) volvió a enseñar los colmillos: su editorial “Trump’s Venezuelan War Games”, publicado el 30 de agosto de 2025, insinúa, empuja y legitima una intervención de Estados Unidos para “sacar” al Presidente Nicolás Maduro.

No me lo estoy inventando, el propio texto describe el despliegue militar. Un crucero con misiles guiados, el USS Lake Erie; un submarino de ataque rápido, el USS Newport News; tres buques anfibios el USS San Antonio, el USS Fort Lauderdale y el USS Iwo Jima cargados con más de 4.500 soldados, incluidos 2.200 infantes de marina de una unidad expedicionaria; además de destructores y otro submarino adicional en la zona, junto al cruce de un lanzamisiles por el Canal de Panamá. Se trata de una operación naval de gran envergadura, con barcos, misiles, tropas y maniobras visibles en el Caribe. Y plantea que “una Venezuela libre de Nicolás Maduro redunda en el interés nacional de EE. UU.”, ponderando escenarios para forzarlo a abdicar o derrocarlo “incluso sin tropas en el terreno”.

Una prensa que exige “juegos de guerra” no es árbitro neutral: es propaganda de guerra.

Al disfrazar la agresión con eufemismos como “disuasión” o “presión”, el WSJ intenta normalizar la injerencia en América Latina.

Recordaron Bahía de Cochinos, pero no para advertir contra el error imperialista, sino como manual de “qué hacer mejor” para que la invasión funcione. En resumen: una pieza editorial que, con traje de “análisis”, blanquea la violencia imperial.

Estamos pues ante el brazo mediático del imperio financiero.

Fundado en 1889 por Charles Dow, Edward Jones y Charles Bergstresser, el WSJ nació como boletín bursátil y terminó convertido en altavoz del gran capital. En 2007, Rupert Murdoch, a través de News Corp, compró Dow Jones y con ello se apoderó del WSJ por más de 5.000 millones de dólares. Desde entonces, el diario dejó de ser solo “finanzas” y se integró al arsenal político de un conglomerado que también maneja Fox News, el New York Post y tabloides que fabrican opinión a conveniencia.

Los Murdoch no son filántropos: su modelo es claro, manipular la opinión pública para que los intereses corporativos, bancos, petroleras, contratistas de guerra se presenten como “interés nacional”. El WSJ es la joya de esa maquinaria, con un lenguaje más sobrio que Fox, pero con la misma carga ideológica:

justificar al capital, atacar a gobiernos soberanos, promover guerras bajo la etiqueta de “libertad”.

Quisiera recordar un dato que retrata bien al viejo Rupert Murdoch: Roger Ailes, el cerebro mediático que creó el imperio de Fox News y lo convirtió en el canal más poderoso del conservadurismo estadounidense, fue echado de inmediato por Murdoch cuando estallaron los escándalos de supuesto acoso sexual que lo rodeaban. Murdoch, que había construido su emporio de la mano de Ailes, no dudó en tirarlo para salvar la marca. Esa traición demuestra que en su mundo no hay amistad ni lealtad, solo negocios e intereses calculados.

Pero hagamos un pequeño recuento de algunos de los tantos pecados de su historia reciente. Pues no es la primera vez que el WSJ desata tormentas. Su página de Opinión es célebre por:

Negar o minimizar la crisis climática, publicando columnas que relativizan el consenso científico.

El escándalo del “Sick Man of Asia” en 2020, que insultó a China y provocó la expulsión de tres corresponsales, marcando un récord de irresponsabilidad diplomática.

El artículo sexista contra Jill Biden, en el que la llamaban “kiddo” y despreciaban su título académico, revelando la arrogancia elitista y patriarcal de sus plumíferos.

Cada episodio demuestra lo mismo: cuando la ética choca con los intereses corporativos, gana la propaganda.

Aquí no pretendo ocultar que este medio polítiquero es influyente, pero tampoco negaré que es tóxico y hasta peligroso. En circulación y suscriptores, el WSJ compite directamente con The New York Times y The Washington Post. Se mantiene entre los tres periódicos más influyentes de Estados Unidos.

Esa influencia es un arma: lo que se publica en sus editoriales no solo llega a inversionistas, llega a congresistas, diplomáticos y asesores de seguridad nacional.

Por eso en la columna del 30 de agosto, pa, pa, pa, coincide con los hechos: buques de guerra, submarinos, ataques a embarcaciones venezolanas en el Caribe, todo bajo la excusa del “narcotráfico”. Lo desnuda como un diario golpista, porque lo que alienta ahí es un golpe de Estado contra Maduro, sin importarle el derramamiento de sangre que vaya a ejecutar el imperialismo yanqui contra el pueblo bolivariano.

Porque es seguro que hombres, mujeres, ancianos, jóvenes y niños saldrán a defender la patria de Bolívar, y al WSJ no le importa que muera esa gente, víctima de un claro genocidio en pleno siglo XXI. El WSJ se convierte así en el puente entre la narrativa y la pólvora: el diario da el libreto, el Pentágono pone alegremente los misiles.

¿Cuál debe ser la lección para nuestros pueblos?

Cuando el Wall Street Journal habla, no es la voz del periodismo: es el capital financiero y el imperio militar dictando sus deseos.

Y sus deseos son claros: que América Latina vuelva a ser patio trasero. Si hoy piden la cabeza de Maduro, mañana justificarán sanciones contra Nicaragua, apoyando el querer manosear nuestra soberanía que desde Sandino ha sido defendida y protegida, y seguirán apretando las tuercas al pueblo cubano que ha vivido bajo un bloqueo criminal de más de 60 años.

Nuestro deber desde los Revolucionarios Medios del Poder Ciudadano debe ser: desnudar al WSJ. Recordar quién lo posee, qué intereses defiende y cómo su historial está marcado por la mentira, la arrogancia y la guerra. En otras palabras, el Wall Street Journal, su dueño y su consejo editorial nunca fue ni será un periódico serio: son prostitutas mediáticas que se han vendido a los intereses políticos de Washington y la Casa Blanca, y han echado a la basura la ética periodística.

Esta entrada fue modificada por última vez el 22 de septiembre de 2025 a las 2:32 PM