Persiste preocupación del Gobierno por condiciones de niños, niñas y adolescentes en asentamiento religioso en Chinandega

Autoridades de gobierno, por segunda ocasión, se hicieron presentes al caserío Venecia en la comunidad Mechapa, en el municipio de El Viejo, en Chinandega, donde desde hace meses se asentaron un grupo de personas de Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua, pertenecientes a una secta religiosa denominada “El Cuerpo Místico de Jesús”, quienes habitan en condiciones precarias y donde los menores no tienen acceso a educación, ni salud.

En esta ocasión la titular del Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez (MIFAN) Marcia Ramírez y la jefa de la Comisaría de la Mujer, Comisionada General Erlinda Castillo, junto al personal de ambas instituciones, acudieron al sitio para hacer efectivo un levantamiento de información a través de las fichas únicas a los nacionales y extranjeros procedentes de Guatemala y Honduras, quienes fueron atendidos por el personal de Migración y Extranjería.

“Logramos hablar a profundidad con los líderes y coordinar acciones como el levantado de la información necesarias de cada uno de los miembros de las iglesias. La educación y la salud son dos elementos claves en el sitio, porque son temas que ellos dejan al libre albedrío y es ahí donde pretendemos incidir, a través de actividades que nos permitan mayor acercamiento con los jóvenes y niños” manifestó Ramírez.

“Hay muchos niños que aún no están inscritos, por ello los líderes han solicitado que nosotros les brindemos este servicio. En cuanto a la situación educativa de las personas de la comunidad, sobre todo de los niños, los líderes nos han planteado que se debe consultar a los padres si desean incluir a los menores al sistema educativo de nuestro país”, refirió por su parte la Comisionada General Castillo.

En el caserío se encuentran miembros de nueve denominaciones religiosas, dos de ellas extranjeras y el resto nicaragüenses, las que se han asentado desde hace tres meses en ese sitio de nuestro país, el cual se encuentra a más de dos horas de viaje del municipio de El Viejo.

“Hemos conocido más de la situación, lo que realizan dentro del campamento, así como la manera de formar y educar a sus hijos. Algo importante es que nos hemos dado cuenta de la manera en la que están estructurados, quiénes son sus líderes principales y cómo trabaja la congregación según su género”, destacó Castillo.

“Nos permitieron el ingreso a su campamento y cada líder acompañó a nuestros compañeros para que ellos lograran realizar el trabajo establecido para hoy. Una vez concluido el llenado de las fichas y analizados los resultados, estaremos desarrollando acciones concretas que den solución a las mayores necesidades de los asentados, sobre todo los niños, quienes presentan cuadros clínicos dermatológicos y de desnutrición” afirmó la titular del Mifan.

Condiciones precarias de sobrevivencia

El campamento religioso es fácil de identificar una vez que se ha llegado a la comunidad, siendo el último caserío del sitio, el cual está cercado con alambres de púas y en cuyo interior se encuentran más de veinte covachas elaboradas con plástico negro y pequeños trozos de madera, lo que hace del lugar un espacio sórdido sobre todo para los menores de edad, que son la mayoría.

Muchos de los que ahí habitan son personas humildes procedentes del interior de nuestro país, quienes inducidos por un líder religioso conocido de nombre Javier Sánchez, vendieron lo poco que tenían en sus lugares de origen para emprender el viaje hacia un sitio incierto donde según ellos, han encontrado paz y salvación.

“Nosotros nos reunimos cuatro días a la semana para alabar a Dios, esos días todos estamos en función de la alabanza, nadie trabaja porque es un momento que se lo dedicamos de lleno a nuestra fe. Acá me siento tranquila, encontré la paz que no alcanzaba en mi casa (…) sólo me hice acompañar de tres de mis nueve hijos”, dijo Gabriela Villagra, originaria de Plan de Grama, Jinotega.

La doctrina que se ha puesto en práctica en la comunidad religiosa es la de William Marrion Branham, su profeta, la cual según los creyentes les ha permitido tener un mayor acercamiento con Dios, dándoles la oportunidad de ser testigos de manifestaciones extrañas que para ellos marcan la pronta venida de Jesucristo a la Tierra.

“La inmortalidad está prometida en las escrituras, Nicaragua es el lugar elegido para el rapto, de acuerdo a las escrituras y los acontecimientos, todo está llegando a su fin y la trompeta está sonando en este lugar. Dios ya tiene electo a quien le revelará su palabra y es el pastor Javier Sánchez, él ya había profetizado que todo lo que estamos viviendo iba a pasar, por eso es que estamos seguros que cada vez más la venida de Dios está cerca”, señaló José Blandón.

Desigualdad entre los miembros de la comunidad

A pesar de que todos los que habitan en Venecia se hacen llamar el pueblo elegido por Dios y profesar la misma doctrina religiosa, no todos cuentan con las mismas condiciones de vida. En el caso de los nicaragüenses, éstos se encuentran viviendo en condiciones de hacinamiento, más de seis personas duermen en pequeños cuartos de 12 varas cuadradas.

En el caso de los extranjeros, estos cuentan con viviendas de concreto, así como vehículos livianos y lanchas de motor rápido, las que según ellos son utilizados para viajar a la ciudad y hacer efectiva la compra de alimentos, situación que marca una gran diferencia entre quienes se han auto nombrado salvos.

En cuanto al desarrollo de los roles de género en la comunidad, es notorio el fenómeno social patriarcal, ahí es el hombre quien lleva las riendas de todas las actividades, son ellos quienes están al frente de las actividades religiosas, la adquisición de los alimentos, la determinación de las acciones a desarrollar dentro de la comunidad y de llevar el mensaje de salvación.

Las mujeres únicamente están destinadas a servir a los hombres, preparar los alimentos, lavar la ropa, asistir a todo aquel hombre soltero y participar de los cultos religiosos, mismos en los que únicamente pueden cantar y orar desde sus asientos ya que el púlpito únicamente puede ser ocupado por los hombres.

Este equipo de El 19 Digital pudo observar cómo en los rostros de las jovencitas se evidencia la sumisión, todas usan vestimentas que cubren por completo su cuerpo, todo el tiempo permanecen en grupos conversando entre ellas mismas de la palabra de Dios o bien entonando alabanzas, de formas que provocan inevitablemente la impresión de que se encuentran en un estado de trance.

Pésimas condiciones alimenticias

El campamento cuenta con un área de cocina, siendo una choza enorme en la que hay un gran fogón en el que se palmean tortillas, se preparan los frijoles y otros alimentos que son repartidos a la congregación. Una vez llegada la hora de comer, los hombres y niños ocupan las mesas y sillas que se encuentran cerca de la cocina para que las mujeres y jóvenes les lleven el alimento hasta donde se encuentran.

Un poco de frijoles cocidos y una tortilla amarilla por la falta de cal al momento de nesquizar el maíz fue lo único que llenó la barriga de los habitantes de la comunidad durante el almuerzo, quienes acostumbran conversar mientras se alimentan, en el caso de los adultos, mientras los niños, se sientan en el piso de tierra y con sus pequeñas manos llevan hasta su boca un puñado de frijoles, mientras las moscas rondan el pedazo de tortilla.

Ante esta situación, el Gobierno continuará profundizando en las condiciones en las que viven estas personas, con el fin de garantizar la protección y los derechos de los niñas, niñas y adolescentes que viven en esa comunidad.

Esta entrada fue modificada por última vez el 6 de octubre de 2015 a las 9:58 AM