La Purísima: Una sola devoción con infinidad de maneras para celebrar

La Purísima: Una sola devoción con infinidad de maneras para celebrar

El país celebra a partir de este 7 de diciembre la devoción más grande a la Virgen María: Las fiestas de la Purísima Concepción de María, cuya víspera es celebrada con la “Gritería” y el 8, propio día dedicado a la advocación, mayormente con una ceremonia privada e íntima en la que la familia y allegados se reúnen en sus casas a rezar y cantar salves.

La Purísima: Una sola devoción con infinidad de maneras para celebrar

Sin embargo, en cada departamento, municipio, barrio, comunidad o comarca, se le imprime a la festividad un elemento distintivo que va de la mano con las tradiciones locales y ancestrales propias de cada lugar.

El primer grito fue dado por Monseñor Gordiano Carranza, en el atrio de la Iglesia San Felipe, en el barrio homónimo de la ciudad de León.

Fue el 7 de diciembre de 1857, a diez años de la petición hecha por el pueblo católico para frenar la furia del Volcán Cerro Negro, que inundaba las calles y derrumbaba los techos de las casas de adobe y teja.

León da inicio a la festividad

La Purísima: Una sola devoción con infinidad de maneras para celebrar

Desde ese día han pasado justamente 160 años y en la ciudad colonial se recuerda este momento pero desde la Real e Insigne Basílica Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, en el centro de la primera capital del país, el grito en esta ocasión es elevado por Monseñor Bosco Vivas Robelo, obispo de la diócesis de León y Chinandega.

Para dar aviso a toda la ciudad, se detona todo tipo de pólvora a las 6:00 en punto de la tarde y se vuelve a hacer a medianoche, anunciando que oficialmente ha concluido la gritería.

Como en aquellos años, las personas recorren casa a casa, puerta a puerta, elevando el grito: ¿Quién Causa Tanta Alegría?, a lo que el anfitrión responde: ¡La concepción de María!, para luego entregar lo que allá se conoce como “gorra”.

Una vez que los confites se acabaron en el hogar que se identifica por un adornado e iluminado altar con una o varias imágenes de la virgen, la respuesta al grito es: “se acabó lo que había”, no obstante, la fe es la que cuenta y se repite la fórmula ¡Que viva La virgen!… — Que viva, al interactuar visitantes y visitados.

Es un proceso rápido pero masivo. Desde ciudades aledañas y desde otros departamentos, los buses llegan cargados de gente desde el 6 de diciembre y cientos se acomodan en las casas de familiares, en hoteles, posadas o hasta haciendo campamentos en los parques públicos frente a las iglesias.

Managua: devoción en familia

En la capital la costumbre es un poco distinta. Si bien, es el Cardenal Leopoldo José Brenes quien también da el primer grito, la protagonista principal es la familia.

En el caso de doña María Emérita Marenco, de 91 años, que dejó su natal Morrito, en Río San Juan, el 7 y 8 de diciembre son momentos de unidad familiar. En la casa del barrio Venezuela, todos y cada uno de los familiares se hace responsable de cada elemento que va a incorporar la celebración.

Es una tradición que data de hace más de 40 años, cuando su hija María Lidia, recibiera una imagen de la virgen para que la acompañara y bendijera en la vida. Desde entonces, la gorra ha venido siendo cada vez un punto de encuentro de la familia.

Lo que distingue esta celebración, es que visitar la vivienda es obligatorio cantar salves a la virgen, dos o tres canticos al menos del libro de la novena. La gorra es más nutrida, inclusive se entregan nacatamales y juguetes para los más pequeños.

Se pone serigrafía alusiva a camisetas y se uniforman hasta a los pequeños Ángel y Benjamín, de 3 y dos años, los más pequeños de la casa. En esta ocasión y como es costumbre, se pone un nuevo elemento y se ha elegido entre la familia a un mayordomo, que se distingue por haber dedicado más aportes y tiempo para celebrar a lo grande.

Granada sinónimo de solemnidad

La Gran Sultana, es la otra cara de la celebración. En esta ciudad turística por excelencia, unas particularidades en la celebración de la Inmaculada Concepción de María, es el recorrido de la venerada imagen por los barrios y calles de la ciudad.

Espectaculares altares y carrosas elaboradas por artistas locales con el más esmerado detalle, quienes recrean paisajes bíblicos y de las apariciones de la Virgen María, las cuales se lucen al transitar en horas de la noche cuando, luego del rezo en el altar, la imagen es llevada en procesión a la santa iglesia de Catedral.

La Inmaculada Concepción de María, es llamada con mucho cariño por los granadinos como “La Conchita”, patrona de la ciudad y generala del Ejército de Nicaragua, una fiesta mariana que reúne a miles de granadinos durante su celebración.

El Marol de la virgen

En el norte del país, particularmente en los municipios de Ciudad Darío y Sébaco, ambos en Matagalpa, se distingue la presencia infaltable del “marol”, conocido en otros lugares como “masa de cazuela” o “indio viejo”.

Para esta fecha, es tradicional participar y disfrutar de este alimento que es preparado en porras en los patios de las casas sobre fuego de leña.

Los cantos frente al altar no son la excepción y se reúnen en grupos grandes para compartir además de dulces tradicionales, como cajetas, naranjas, cañas y otros elementos como arroz y frijoles.

Según los lugareños, utilizar el marol para la festividad, es una manera de demostrar el amor a la virgen, tomando en cuenta la complejidad que lleva la preparación del platillo.

Fuente: El 19 Digital

Esta entrada fue modificada por última vez el 7 de diciembre de 2017 a las 8:52 AM