“Ya no peleamos por espacio”: Mujeres en el poder en Nicaragua

Foto César Pérez / Mujeres nicaragüenses durante una caminata en Managua

“Las mujeres ya no peleamos por espacio”, declara la Diputada de la Asamblea Nacional de Nicaragua Flor Avellán. “Ahora tenemos ese espacio y nos empoderamos cada día”.

En los últimos años, Nicaragua ha emergido como el país con mayor igualdad de género en América Latina y actualmente es el número siete a nivel mundial, según el Informe del Foro Económico Mundial (FEM) sobre la Brecha Global de Género 2022.

Nicaragua ha logrado crear un gobierno históricamente igualitario, ocupando el puesto número cinco del mundo en empoderamiento político de las mujeres. El país también se destaca por el hecho de que las mujeres en posiciones de poder son en su mayoría trabajadoras y campesinas, muchas de las cuales son indígenas y afrodescendientes.

El mandato 50-50

“En otro gobierno, en otro tiempo, eso era imposible”, dice Avellán, una vendedora ambulante que trabaja en un semáforo de Managua. También es miembro del sindicato de trabajadores por cuenta propia, dirigente de la Secretaría de la Mujer de la central sindical y diputada en la Asamblea Nacional.

Estaba ahí [en el semáforo pensando] esa era mi vida, hasta ahí llegaba”, dice Avellán. Luego, en el Día Internacional de la Mujer en 2012, Nicaragua aprobó una ley que mandata el 50% de los cargos electivos deben ser ocupados por mujeres. Desde entonces, la mitad de todas las candidaturas deben ser ocupadas por mujeres – si el alcalde es un hombre, la vicealcalde debe ser una mujer y así sucesivamente, hasta los cargos de presidente y vicepresidente.

Este mandato de paridad de género ha tenido el efecto previsto en todos los ámbitos.

Hoy, las mujeres representan más del 50% del Poder Judicial, el Ejecutivo de Gobierno, la Asamblea Nacional, Alcaldes, Vicealcaldes y Consejos Municipales. Ocupan muchos de los más importantes cargos incluyendo el de vicepresidenta del país, presidenta de la Corte Suprema de Justicia, presidenta del Consejo Supremo Electoral, Fiscal General, Ministra de Defensa y Ministra de Gobernación. Más de la mitad de los integrantes de la Junta Directiva de la Asamblea Nacional y del Banco Central son mujeres

También se destaca la participación de mujeres indígenas y afrodescendientes en todos los niveles de gobierno; nacional, regional y local, incluido el hecho que actualmente los dos Gobiernos Regionales Autónomos están dirigidos por mujeres indígenas: una mujer Miskita en la Costa Caribe Norte y una mujer Ulwa en la Costa Caribe Sur.

Estas estadísticas subrayan el hecho de que las mujeres están firmemente en el liderazgo”, afirma Shaira Downs Morgan, miembro afrodescendiente de la Asamblea Nacional electa para representar a la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur. “Estamos invirtiendo nuestros talentos, creatividad, conocimiento y capacidad en la construcción de un futuro mejor y más brillante para todo nuestro pueblo nicaragüense”.

Actualmente, la Asamblea Nacional de Nicaragua es la legislatura con mayor igualdad de género en el mundo con 50,6% de mujeres, integrada además por una muestra representativa de la sociedad nicaragüense.

“Líderes sindicales del sector salud y sector educación, artesanos, campesinos, obreros, trabajadores por cuenta propia”, dice Avellán, están todos representados allí. “Esto es algo histórico, realmente llena a uno de orgullo porque… cuando nuestras afiliadas, nuestras hermanas y hermanos nos miran y dicen: ‘Vaya, ahora tenemos una diputada [Asamblea Nacional], ahora estamos nosotras allí, estamos realmente incluidas’”.

Logros reales para mujeres

“Somos mujeres empoderadas; no tenemos miedo”, dice la campesina Eloisa García de la Cooperativa Cafetalera de Mujeres Gloria Quintanilla, ubicada en las afueras de Managua. “Tenemos casas; tenemos títulos de propiedad de nuestra tierra; tenemos una escuela; somos escuchadas; somos respetadas”.

Durante los últimos 15 años, las mujeres en cargos de poder en Nicaragua posibilitaron cambios reales en la vida de las mujeres trabajadoras y campesinas, reduciendo la brecha de género en 81%. Según el informe del FEM, Nicaragua ha logrado derechos iguales o casi iguales en el acceso a la justicia, los servicios financieros, la tierra y otros bienes:

  • Se han abierto 185 Comisarías de la Mujer en todo el país, donde únicamente mujeres policías (40% de la Policía Nacional de Nicaragua) atienden exclusivamente a mujeres y niños. Nicaragua ha aprobado leyes contra el feminicidio y la violencia contra las mujeres que permiten sentencias más estrictas y una justicia más rápida. Hoy, la violación conlleva una sentencia de 20 años y no es fuera de lo común que un perpetrador sea acusado, juzgado y sentenciado en cuestión de semanas.
  • El programa Usura Cero presta $18 millones de dólares por año a bajo interés, exclusivamente a mujeres para financiar emprendimientos comerciales.
  • Se han formalizado más de 23.400 micro y pequeñas empresas, la mayoría pertenecientes a mujeres.
  • Más de 500 nuevas cooperativas de mujeres han sido organizadas.
  • El programa Hambre Cero proporciona cerdos, una vaca preñada, pollos, semillas, fertilizantes y materiales de construcción a las mujeres de las zonas rurales, beneficiando a una de cada seis familias del país, contribuyendo a la soberanía alimentaria de la nación – Nicaragua ya produce el 90% de los alimentos que consume.
  • Se ha otorgado título legal a más de medio millón de propietarios, la mayoría de los cuales son mujeres, cabezas de familia.
  • Se han construido cientos de miles de viviendas de bajo costo, la mayoría beneficiando a las mujeres.
  • El mayor acceso a los servicios básicos ha mejorado enormemente la vida de las mujeres. Las maquinas lavadoras, que antes se miraban únicamente en las casas de los ricos, ahora son comunes gracias a la instalación de electricidad y servicios de agua en los hogares.
  • Con la atención médica universal gratuita, la salud de las mujeres en general ha mejorado dramáticamente. La red de Casas Maternas en todo el país disminuyó los partos domiciliarios, lo que redujo la mortalidad materna en 66%. La mortalidad por cáncer de cuello uterino se ha reducido en más del 25 %, y este año el gobierno comenzará a vacunar a las niñas contra VPH, el virus que causa el cáncer de cuello uterino.
  • Con libre acceso a la planificación familiar, la edad promedio para que una mujer tenga su primer hijo es ahora 27 años y la tasa global de fecundidad es de 2.38. Ahora que las mujeres están ocupando posiciones de poder en todas las ramas del gobierno, el 57% del presupuesto nacional se destina a proyectos sociales, haciendo posible estas mejoras reales en la calidad de vida.

Una mejor calidad de vida conduce a una mayor participación de las mujeres

“Soy una trabajadora por cuenta propia en los semáforos”, dice Maribel Baldizón, miembro del sindicato de trabajadores. “Al igual que yo, mi madre era vendedora ambulante. Desafortunadamente, ella nunca fue a la escuela y no pudo enviarme a la escuela. Soy madre de ocho hijos y he ayudado a todos mis hijos en la escuela”.

Madres como Baldizón alguna vez se vieron obligadas a tomar la decisión de enviar a sus hijos a la escuela o mandarlos a trabajar en los semáforos para comer. Las hijas mayores casi nunca fueron enviadas a la escuela y más bien, se quedaban en casa para cuidar a los niños más pequeños mientras sus padres trabajaban.

“Educación gratuita, junto con importantes programas que ofrecen a los estudiantes alimentos diarios, mochilas, zapatos y anteojos, han permitido que más niños permanezcan en la escuela y han creado más oportunidades para que las madres participen en la fuerza laboral y en actividades políticas”, explica la Diputada Downs. Ahora, mujeres como Baldizón ya pueden enviar a sus hijos a la escuela.

De hecho, Nicaragua ha pasado de ser un país donde casi una cuarta parte de la población no tenía escolaridad, a ser el país número uno de América Latina en logros educativos para las mujeres. Nicaragua también ocupa el primer lugar en América Latina en alfabetización de mujeres, inscripción de mujeres en educación de tercer nivel, y mujeres trabajadoras profesionales y técnicas.

“Ahora tenemos derecho a organizarnos, tenemos nuestro propio sindicato”, dice Baldizón.

“Trabajamos en paz; somos escuchadas por las instituciones. Nos dan entrenamiento; nos envían a estudiar”.

FIRMA: Becca Renk

(Becca Renk es originaria de los EE. UU., pero ha vivido y trabajado en Nicaragua desde 2001 con la Comunidad Casa Jubileo y su proyecto Centro para el Desarrollo en Centroamérica.)

Esta entrada fue modificada por última vez el 9 de marzo de 2023 a las 6:08 PM