El imperio del norte está cosechando lo que ha sembrado

El imperio del norte está cosechando lo que ha sembrado

“No os engañéis, Dios no puede ser burlado; porque todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Gálatas 6) Esta palabra bíblica es una máxima que se cumple en todas las áreas de la vida, aun en aquellas   más simples. Lo que el hombre siembra eso cosecha. El que siembra el bien cosechará la vida, el que siembra el mal cosechará destrucción y muerte.

La violencia desatada y que galopa sin frenos en Los Estados Unidos de Norteamérica es solo la punta del iceberg de la caótica situación en que vive dicho país desde hace muchos años y que ahora se hace más evidente y podemos ver como el sistema imperial colapsa y en su agonía desata una serie de manifestaciones internas y acciones externas. La agonía del sistema imperial norteamericano será una agonía larga, no terminará mañana. En su etapa agonizante provocara grandes daños a la humanidad y a su propio pueblo. La inmensa mayoría del pueblo norteamericano incluyendo los millones de otras nacionalidades que viven en ese país, son víctimas y rehenes del sistema de dominación y muerte que es el que controla la dinámica de vida de ese país.

El sistema económico, político y militar que controla y dirige los designios de esa nación. Es un sistema ateo del Dios de la vida, se han destruido los altares y se han matado los profetas como Luther King, los monumentos que habían de los Diez Mandamientos han sido derribados, se prohibió la lectura de la Biblia en los Colegios, cada día asesinan a miles de niños  y niñas a través del aborto, se hacen experimentos quimos, biológicos y bacteriológicos s en seres humanos los que son  nocivos  a la vida y a la dignidad humana,   hay restricciones a la evangelización y a las libertades religiosas, mientras tanto  las sectas satánicas cada día proliferan.

Entonces que se puede esperar de una nación cuyos líderes se alejan y blasfeman de Dios. Qué resultados se pueden esperar en una persona, familia, sociedad, gobierno donde Dios es expulsado de sus vidas, donde no hay espacio para los valores cristianos. Donde sustituyeron la Biblia por las armas, la verdad por la mentira, el bien por el mal, la luz por las tinieblas.

Que se puede esperar de una sociedad donde un padre de familia como regalo de cumpleaños le da a su hija una ametralladora y emocionados celebrar el cumplimiento de ese deseo. Y donde de un niño menor de diez años que declara que él quiere ser asesino y matar a todo mundo. Que se puede esperar de una sociedad donde hay hogares que tienen verdaderos arsenales de armas de todo calibre. Nos referimos a que más de 200 millones de norteamericanos son portadores y poseedores de armas (7 de cada 10 ciudadanos). Qué resultados se pueden esperar en una nación donde La Asociación Nacional del Rifle en alianza con la mayoría de los congresistas y las fábricas de armas han convertido a esa nación en una de las más violentas e inseguras de los últimos años Los líderes de esa nación han decidido seguir la rebelión de Satanás, han elegido la destrucción y la muerte.

El enemigo delos que siguen al único Dios verdadero ahora está en pleno ataque contra la verdad. En consecuencia y como resultado de todo lo que está sucediendo solo se puede cosechar destrucción y muerte. Una de las manifestaciones de esa destrucción y muerte y de la decadencia y descomposición de dicho sistema social es la ola de violencia que como una epidemia azota el territorio norteamericano. Todos los días hay tiroteos, destrucción   y muertes. No hay un lugar donde la gente honesta pueda sentirse segura, ni los colegios, ni los centros comerciales, ni las iglesias, ni los centros de trabajo, menos las calles.

La sangre de niños inocentes clama hasta los oídos de Dios. El Castigo que viene sobre esa nación es muy grande. “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que el mal irá de nación en nación, y grande tempestad se levantará de los fines de la tierra. Y yacerán los muertos de Jehová en aquel día desde un extremo de la tierra hasta el otro; no se endecharán ni se recogerán ni serán enterrados; como estiércol quedarán sobre la faz de la tierra” (Jeremías 25: 32-33) “La maldad dará muerte al impío, y los que aborrecen al justo serán condenados” (Salmos 34: 21), “El impío es derribado por su maldad, pero el justo tiene un refugio cuando muere” (Proverbios 14: 32) “El fin del malvado es perdición, cuyo dios es su apetito y su gloria su vergüenza, los cuales piensan solo en las cosas malas” (Filipenses 3: 19)

Es necesario volver la mirada hacia Dios y a su Palabra. Por tanto, es hora que los cristianos y el remanente fiel que vive en Los Estados Unidos levanten con poder el estandarte de la Fe, es hora que se paren como valientes en la brecha y levanten muros de contención. Si con todo lo que está pasando y lo que viene, no se levantan atalayas y centinelas, no se levantan voces proféticas. Si lo postergamos y esperamos que otros lo hagan, Dios demandara a todos lo que debemos de actuar y no lo hacemos. “Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles… (Mateo 3: 10).

Rvdo. Miguel Ángel Casco González

Presidente de la Coordinadora Evangélica y de la Comunidad de Fe